Crítica en Directo # 7: Invasión al Parque

¿Que está pasando con el Parque de la Independencia?, ¿por qué tumbaron sus árboles?, ¿se cambió el plan original concebido por Rogelio Salmona? Conversación con Juan Luis Rodríguez, crítico e historiador de la arquitectura.

¿Que está pasando con el Parque de la Independencia?, ¿por qué tumbaron sus árboles?, ¿se cambió el plan original concebido por Rogelio Salmona? Conversación con Juan Luis Rodríguez, crítico e historiador de arquitectura.


Fotos: Jaime Iregui, Silla Vacía, Habitando el territorio.

 


5 comentarios

¡¡¡Es inconcebible, que estemos en manos de los idiotas con diploma!!!

Lamento referirme en esta forma, pero solo a la idiotez obedecen las acciones que ya han comenzado a llevar a cabo estos personajes nefastos.

¿Que los árboles no son nativos..?, ¿y será que por eso dejan de procesar el venenoso dióxido de carbono y producir oxígeno que también ellos necesitan respirar..? Y si el árbol símbolo de la nación colombiana no es nativo, ¿entonces cual sí lo será..?

Sólo la cabeza de un demente ignora las décadas que a cada uno de estos árboles le ha costado llegar a su tamaño actual. Si se tomaran el trabajo de medir estos índices, y se les comparara con los de las florecillas que pretenden sembrar, el Sr. Giancarlo Mazzanti [si es la cabeza que decide u obedece, o quien quiera que sea], tendría que considerar, si le vale la pena llegar a ser recordado como el demonio que mató estos árboles; como un ignorante de talla mayor que no vio un terrible desbalance matemático.
¡¡Y se dicen «ingenieros»!!

***

Aún recuerdo y me duele recordarlo, y acaso quienes lo hayan visto:

En la autonorte con calle 172, hubo hasta hace una década, 2 enormes cipreses que parecían salidos de un cuento, al lado de la escuela del lugar; aparentaban tener siglos. No se cuántos años tendrían, y los tumbaron inmisericordemente para dar paso ampliar la avenida que -total-, no pudo desatascar el tráfico. Pudieron haberlo hecho sin ninguna duda, pero no les importó.

Una obra cualquiera, puede modificarse y llevarse a cabo en unos pocos meses; incluso a pesar de todos los robos y demoras a causa de la corrupción desvergonzada de esta actual administración.

¿Será que no nos queda más remedio que quedarnos atados de manos y ver cómo los degenerados, cegados por su codicia, amparados en la ley o en la ilegalidad más cínica, destruyen la vida de los árboles que a todos nos pertenecen por ley divina..?

A ellos inclusive, estos árboles les brindan su oxígeno sin hacer distinción.

Un ser humano [si de verdad es humano], no puede ser tan miserable y desagradecido.

Muy buena la llamada de atencion. Para avanzar sobre las opiniones expresadas: 1 cuando Salmona hizo un prediseno no habia Transmilenio. 2 sabemos que hubo un concurso para el diseno ganado por un arquitecto X, en el camino quedo en manos del arquitecto M o sea Mazzanti. que paso? como paso? que relacion tiene Mazzanti con Confase S.A o con los socios de Transmilenio? o con Odinsa?  3 el movimiento ciudadano Habitando el Territorio ha elevado varios derechos de peticion para requerir el diseno final. NO ha sido posible. 4 en verdad la responsabilidad no es de los contratistas. Es enteramente de la administracion distrital en manos del IDU que lleva varios meses publicitando la enganosa idea de que habra una ampliacion de nuestro Parque de la Independencia. Falso, lo que ha habido es un proceso de mutilacion inmisericorde del VERDE que sera seguida por el endurecimiento y cambio del uso del Parque de la Independencia.

Anexo discusión que se ha dado en Facebook en torno a la Invasión al Parque.

Isauro Murillo Alfonso: La posición que extiende el parque bicentenario invade y tumba lo que tenemos como parque de la independencia. Tumbar las palmas no tiene razón de ser para hacer un nuevo parque.

Widy Ortiz: Una barbaridad total, Colombia un país de corruptos y brutos, tumbar los arboles que dan oxigeno, que locura, deberían mediar esa relación naturaleza parque – cuidad.

Fernanda Serena: ATENCION! Lo contemporáneo no se define por algo completamente nuevo. Lo contemporáneo logra aproximar el origen con el punto mas lejano y evolucionado que se ha desarrollado desde ese origen. Lectura recomendada «Que es lo contemporáneo?» Giorgio Agamben. Cambiar completamente el carácter del parque de La Independencia, incluso cambiarle su nombre tendrá pesadas consecuencias sobre la identidad de la ciudad. Es tener memoria necesariamente nostálgico? o necesario para el proceso de construcción de una nación? Hay muchos grises del blanco al negro y encontrar el gris mas equilibrado es probablemente el acto mas contemporáneo posible, sobre todo en esta época de globalización y de conflictos locales.

Jimena Montaña Cuellar: El proyecto es atroz! y desafortunadamente será peor cuando lo construyan..los árboles serán derrumbados y las obras en el terreno- aseveran son terreno inestable- condenará a muerte el resto de los árboles. Una terraza escalonada nivela las superficies y unas gradas cercarán en kiosco, para condenarlo a muerte también…no se contemnplaron las preexiustencias, ni la historia, ni el uso, ni las necesidades de la zona…

Fernanda Serena: No hay manera de hacer revisar este proyecto?

Andres Daniel Cely: Farias Considero que deben primar las pre-existencias, y por ende la intervención debe ser algo puntual. Hay muchos referentes interesantes de este tipo de intervenciones en las cuales el lugar es respetado, y por medio de una acción puntual se potencian las dinámicas en el sitio. Ahora, una pregunta para todos… ¿Construir arquitectura contemporánea en este lugar – respetando la vegetación y demás- no le devolvería ese carácter de parque de exposiciones que tuvo en sus inicios? ¿No sería una oportunidad de mostrar nuestros avances en Arquitectura?

Jimena Montaña Cuellar: el problema es que para construir arquitectura se debe respetar lo construido con anterioridad, teniendo en cuenta la historia del lugar, su uso ,impacto, etc, en éste caso la propuesta va más a acabar con el parque -ya bastante mutilado-, …

Fernanda Serena: podemos influir de alguna manera en la reconstruccion del parque? que hay que escribir? con quien hay que ir a hablar?

Jaime Iregui: Los vecinos del sector se han organizado y desarrollado una serie de actividades para frenar el proceso. Aunque no han logrado hacer hablar a Mazzanti, si han tenido una reunión con el IDU, en la que tampoco pasó mayor cosa. Sin embargo, se detuvo la tala de árboles y por algunas imágenes recientes del proyecto se deduce que los árboles se han incorporado al proyecto.

Fernanda Serena: Gracias Jaime! Y bravo a los vecinos del parque!!! Alguna sugerencia de otras cosas que se puedan hacer? o como ayudar?

Jaime Iregui: En principio sugiero ponerse en contacto con el grupo en Facebook de los vecinos (Habitando el territorio). Se puede pensar en realizar un recorrido en grupo por el Parque e invitar a las personas que están al tanto de lo que sucede con este proceso y con aquellos que han realizado críticas al mismo, como Juan Luis Rodriguez y la persona que escribió el texto de la Silla Vacía.

Habitando el Territorio > http://www.facebook.com/group.php?gid=44687860562

En medio de ese poder absoluto y tiránico que la administración distrital ejerce sobre nuestro espacio público probablemente es un poco tarde para esa discusión sobre el Parque de la Independencia, teniendo en cuenta que las obras parece que ya fueron contratadas lo que no haría fácil su suspensión .
Sin embargo da lugar a varias reflexiones sobre las nuevas adecuaciones del espacio público que se están realizando a todo lo largo y ancho del país y que en la mayoría de los casos consisten en el remplazo de estructuras, árboles y vegetación existentes por largas explanadas de concreto.
Los Parques centenarios, plazas de Bolívar y demás parques que se construyeron en su mayoría durante las primeras dos décadas del siglo veinte tenían como fin embellecer las ciudades dando un sitio de descanso y recogimiento para sus ciudadanos. Para lograr ese objetivo en los parques centenarios se escogían zonas de arborización privilegiada, cerca de ríos o acequias en los que se organizaban recorridos y zonas de descanso, y se les construían atractivos y floridos terraplenes u otras construcciones que permitieran tener eventos como retretas o pequeños actos públicos. Las plazas centrales y demás parques, limpios de árboles durante el periodo colonial, se dividían  entre rutas peatonales, fuentes y zonas verdes que se arborizaban y llenaban de flores. Estos parques fueron promovidos y protegidos por muchos años por las juntas de mejoras y ornato y financiados por las municipalidades que tenían equipos de jardineros expertos que mantenían flores y prados en buen estado.
Ese modelo colombiano llamado afrancesado por nuestros historiadores de arquitectura fue mucho más que eso ya que desde mediados del siglo XIX surgió con fuerza en Estados Unidos y media Europa. El Central Park de Nueva York es una pequeña muestra de lo que en sus orígenes fueron nuestros parques centenarios.
Desde mediados de los años 50 el crecimiento de nuestras ciudades sacrificó la extensión de muchos de ellos como el parque de la Independencia en Bogotá y nuevas fiebres de concreto han “limpiado” por no decir arrasado las plazas colombianas de árboles y zonas verdes.
Ese imperdonable crimen ecológico, curiosamente inspirado en las nuevas plazas francesas como La Defense,  consiste en inmensas explanadas de concreto despedidoras y agresivas diseñadas para que los habitantes pasen por allí rápidamente ya que se les ha quitado toda opción de descanso y sombrío. Dicho crimen se ha agravado en la medida que irrespeta la historia de las ciudades, la memoria de quienes estuvieron antes que nosotros y lo que es peor, la memoria urbana, fuente principal de la historia de la habitación humana.
Memoria frágil que en el caso que nos ocupa centra la discusión en si debieron  o no respetar el proyecto de Rogelio Salmona, sin comprender ni evaluar los destrozos que le hiciera en 1949 la administración Mazuera, durante la primera fiebre moderna,  cercenando sus dimensiones originales y destruyendo la mayoría de las edificaciones que tenía, así como los monumentos y las esculturas, dejando el Quiosco de la luz como triste testigo mudo de la barbarie.
Paradójicamente ese Quiosco de la Luz fue donado por los hermanos Samper ( cementos Samper)  para demostrarle al país durante la I Exposición Agrícola e Industrial de 1907 que era absolutamente confiable y segura la construcción en concreto.
Les dejo unas fotos del recién inaugurado parque del Centenario ( parque de la independencia) en 1910 donde se ve el Quiosco de la luz delante del pabellón de Bellas Artes y la fuente de Francisco Antonio Cano inaugurada algunos años después en donde se aprecia que muchos de los árboles que van a tumbar en los próximos meses ya entonces hacían parte del paisaje bogotano.
¿Será que los ultra contemporáneos artistas y arquitectos neoyorquinos, o sus mega contratistas propondrían alguna vez hacer de Central Park una explanada de Cemento? ¿ O los aventajados parisinos talarían el bosque de Bologna en nombre del progreso?