El arte es un reflejo de la sociedad o una comunidad que contempla las circunstancias políticas, culturales y sociales, donde buscamos expresar nuestras preocupaciones o lo que nos interesa, a través de una propuesta artística que va de la mano de una curaduría que selecciona, examina, asiste, indaga, comunica y divulga los contenidos de cada obra que encamina la mirada a un eje en particular.
¿Pero que ocurre cuándo una de estas labores de la curaduría ofertan falencias? ¿Qué pasaría con esos procesos y vínculos entre curador, obra y artista? Podríamos hablar de que la relación entre estos tres es similar a la filial: debe haber una comunicación constante y acompañamiento entre sus miembros, pues la falta de ésta puede generar la segregación de un hogar, en el mundo del arte si esto no fluye entre curador, obra y artista, puede derrumbarse una propuesta y por ende la imagen del artista. El montaje de piezas es otro aspecto que debe ser proporcionado según requerimientos especiales de cada propuesta: con limpieza y examinando el contexto que interactúa, al igual que personal de logística si el evento lo amerita.
Ahora existen nuevas formas de crear e indagar: las llamadas Residencias Artísticas, las cuales se asemejan a los laboratorios de creación, pero con la diferencia de que en la primera se convive e interactúa con el espacio y/o con otros artistas y en el segundo la relación es más efímera; estos procesos deben ser asistidos por un curador, conociendo los requerimientos humanos y técnicos indispensables para que los resultados sean de calidad profesional; cuando eso no se pule, los procesos pueden verse afectados. La divulgación es también fundamental para conocer y reconocer el trabajo.
Participando en el grupo de artistas para el XV SRA Zona Caribe – Curaduría Arte Corrosivo, logro comprender que si algo falla, la crítica aparece de esa necesidad por extraer y sistematizar los asuntos del arte mal direccionados. A continuación doy a conocer un caso particular, no tanto por espectáculo, sino por el respeto que mis colegas y yo nos merecemos.
Mi proyecto titulado “Hilos Sueltos” estuvo de esa manera: a la deriva, sin rumbo fijo el día de la inauguración, el video-arte que acompañaba la instalación de bolas ‘e trapo (propuesta para el salón), no se pudo transmitir a tiempo, fallas técnicas con el equipo proyector faltando pocas horas de abrirse el evento y entregado para que por mi cuenta lo montara ¿Acaso no debería la curaduría del Salón proporcionar un equipo de montajistas, de logística y de producción? Éste video fue puesto en marcha 10 días posteriores a la inauguración, en diálogos con el curador se señaló que no fue posible buscar el proyector a tiempo debido a las altas temperaturas del lugar; considero que se debe con anterioridad revisar los espacios para saber si es idóneo o no para montar, esa es una labor de la curaduría sumamente importante.
Tuve una residencia artística donde oferté una serie de talleres, pero mi plan de trabajo en un 80% fue renovado, se cancelaron la mayoría de éstos (solo uno se efectuó) la exploración estuvo lenta, ya que el tiempo se destinó al propio montaje de la propuesta para el salón, donde no obtuve una asistencia permanente o apoyo logístico, donde sólo recibí la ayuda del equipo de producción cuando tenían tiempo; el acompañamiento debe ser óptimo, no solo antes de los SRA, sino también en el transcurso y después del mismo. Es difícil asimilar como 5 personas fueron las encargadas de la parte de publicidad, logística, producción y montaje… es mínimo e insuficiente.
Estas circunstancias son uno de los muchos ejemplos de la falta de respeto de las curadurías con el trabajo e investigación de un artista. Todos debemos ser tratados de la misma forma, sin desmeritar que seamos artistas emergentes o con trayectoria, debe facilitársele las herramientas necesarias para cumplir a cabalidad una propuesta artística y sobretodo en un evento de gran importancia donde se exhibe lo mejor de las regiones.
Las situaciones podrían ser un ciclo repitente, ¿Pero cómo lo podríamos cambiar? con esto no quiero invitar a criticar masivamente, sino a incentivar a los artistas interesados en la curaduría en el Caribe colombiano, para que busquen los caminos correctos, para que los proyectos curatoriales generados por nosotros mismos, desde una perspectiva local sean escuchados, los incito a no participar del abandono en el arte, que ha sido generado por quedarnos callados, motivados por el miedo, por el poder adquisitivo de unos pocos; hagamos que esos “hilos sueltos” aislados por la envidia, la falta de compromiso y comunicación, dialoguen y empiecen a generar lazos para alcanzar las oportunidades.
Stefany Castillo
Artista Plástica y Visual
2 comentarios
«El arte es un reflejo… donde buscamos expresar(nos)… a través de una propuesta artística»
A ver si Artes Visuales MinCultura finalmente reconoce que la comisaría Arte Corrosivo se rajó, que el Criollo Producciones no dio la talla. No hay derecho a que les hayan cambiado las condiciones de producción, montaje y honorarios a los artistas. No hay derecho al montaje mediocre al que fueron sometidas gran parte de las obras, nos hay derecho a que nos hayan colado un pseudo costeño en el regional de Cartagena para venir a ridiculizar la cultura caribe. No, no hay derecho MinCultura. A ver cómo van a componer la metida de pata.
http://cavca-cartagena.blogspot.ca/2015/08/critica-desde-un-empute-anunciado-sobre.html