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Todo es un poquito más lento y mantener obras reservadas sólo durante un cuarto de hora ya es historia. Frieze se presenta estos días un poco más tranquila, menos frenética y más comedida que en años anteriores. No hay piezas gratuitamente espectaculares y hay un poco más de contención y de seriedad, también un poco menos de riesgo. Queda tiempo para hablar y, sobre todo, para hablar de arte (sí, sí, aunque sea una feria).

A-Desk*