Este año que ya pasó… (3)

Una obra que me gustó mucho, la de Santiago Forero, que estaba arrumada en la pared curva de la sala y uno no podía verla bien, y era una lástima porque era de los mejores trabajos expuestos allí.También uno siente que eligieron muchas cosas y trataron de meter todo en el mismo espacio. La mayoría de trabajos se veían arrumados…

Catalina Vaughan: ¿qué cosas quedan en su memoria de lo sucedido en el 2010?

Orlando Contreras: los descaches fueron varios e importantes: Artecámara cada vez está peor y uno no sabe porqué Maria Iovino coge más y más poder. Tiene Artecámara, exposiciones en galerías, las residencias esas de la FGAA y realmente su trabajo me parece mediocre, empezando por sus textos, que dan lástima.

Catalina Vaughan: ¿por qué Artecamara está cada vez peor?

Orlando Contreras: la razón no la sabría pero a mi me pareció muy mala porque este año el montaje era muy torpe. Además de un mal texto, no se veía una curaduría consistente y no sé que pensar sobre esa parte de «los artistas del sur»…

Catalina Vaughan: ¿y las obras? ¿también tenían problemas?

Orlando Contreras: creo que sí, también muchas se sentían como ejercicios, me acuerdo mucho de unos dibujos de Daniel Salamanca que me parecieron terriblemente malos. Hasta donde sé, a Artecámara le llegan como mil portafolios de gente que quiere participar. Uno se pregunta porqué esos artistas eran los elegidos. Claro, uno que otro artista era interesante pero como muestra, no la lograba.

Otro descache para mí fue el salón ese de la Gilberto Alzate. Creo que se llamaba Premio Bienal a las Artes. Era todo un descache, empezando por el montaje, la cosa no marchó nada bien. Una obra que me gustó mucho, la de Santiago Forero, que estaba arrumada en la pared curva de la sala y uno no podía verla bien, y era una lástima porque era de los mejores trabajos expuestos allí. También uno siente que eligieron muchas cosas y trataron de meter todo en el mismo espacio. La mayoría de trabajos se veían arrumados. La calidad de las obras era muy variable, había trabajos excelentes, como el de Mario Opazo y otros que me parecieron en lo personal muy regulares. Es chévere que haya premios para los artistas pero en ese certamen se sentía mucha confusión, no sé, a fin de cuentas no resultaba tan interesante.

Creo que las mejores cosas del año se vieron más en exposiciones de galerías como fue el caso de Lorena Espitia en Christopher Paschall. Un trabajo muy serio el de ella. Me parece que aborda de una manera muy interesante la pintura. Hay algo en su trabajo sobre la objetualidad de la obra artística que antes proponía desde lo meramente plástico y ahora desde la obra como producto al hablar del arte político decorativo. Fue como meter el dedo en la llaga y ponerse ella también en juego. Reconocer algo que parece ocurrir por debajo de cuerda en el mercado del arte y claro, no se quedaba en eso. Las pinturas eran buenísimas.

Catalina Vaughan: usted escribió hace unos días en su «statment» de facebook que estaba muy contento con la curaduría de «La buena vida» en el Salón Nacional…

Orlando Contreras: tuve la oportunidad de ver los 4 salones que están allá en Santa Marta. Una de las mejores obras era la de Giovanny Vargas, estudios de caso en los que dibuja casas de chapinero muy bonitas, en muy bonitos colores después, uno sabe que esas casas han sido demolidas para construir edificios de apartamentos. Es como un registro de la constante demolición que busca una comodidad citadina. La exposición tenía otra cosa interesante y es que relacionaba de una manera muy hábil artistas de muy distintas procedencias e intereses por ejemplo un artista que hacía unas cucharas en barro y que vive en Ráquira al lado de un cómic de Paola Gaviria y al fondo una instalación de colectivo Tangrama. Todas obras muy distintas en muchos niveles pero en un diálogo muy bien estructurado.

Catalina Vaughan: ¿es verdad que la ministra iba a inaugurar el Salón pero no llegó?

Orlando Contreras: es completamente cierto, de hecho debo decir que como artista participante percibí muchísimo desorden por parte de los curadores de Maldeojo, no sé si se deba a ellos -tal vez no- pero en general, estos «parasalones» muestran signos de duda y desorden por todos lados. La ministra debía llegar el jueves no llegó nunca. Pero ese no ha sido el unico problema, cambian las cosas de un momento a otro, le hacen exigencias a los curadores que salen de la nada, la plata se demora en llegar, paradójicamente, no estoy muy enterado de como ha sido la relación con la curaduría de la Zona Centro, en la que estoy participando, pero conocí a otros curadores que me contaron estar muy inconformes con la gestión del Salón, tal vez se veía venir desde el principio, independientemente fue un desorden total, nadie entendía las decisiones que estaban tomando.

Catalina Vaughan: ¿qué decisiones?

Orlando Contreras: alguien dijo que habían tenido en cuenta las críticas hechas al Salón Nacional de Cali, pero no lo parece en absoluto. Están cometiendo errores aún peores. Decisiones como mandar los salones regionales a tres ciudades diferentes en tres momentos distintos, una de las cosas más criticadas del anterior Salón fue la poca visibilidad para los regionales con esta estrategia, la visibilidad es casi nula, pues nadie podrá ver el salón en su totalidad, le tocaría viajar a la costa como 5 veces y esa curaduría de zona franca que son artistas internacionales viniendo a hacer trabajo con comunidades.

Catalina Vaughan: más aún si Maldeojo criticó tanto lo internacional del Salón Nacional pasado!

Orlando Contreras: exactamente! a eso me refería supuestamente tomaron en cuenta lo que pasó en Cali pero cometieron los mismos errores y tres veces peor pues me parece gracioso es que desde el título uno queda perdido: ¿independientemente? ¿independientemente de qué? alguien en esferapública lo preguntó y nunca respondieron.

También deberíamos plantearnos la duda y es el ¿porqué eligieron a Maldeojo como curadores? dudo que tengan mucha experiencia para manejar un evento tan complejo y creo que esa inexperiencia ha sido más que demostrada con tantas decisiones dudosas en este Salón.

Catalina Vaughan: ¿qué cosas quedan en su memoria de lo sucedido en el 2010?
Orlando Contreras: Los descaches fueron varios e importantes: Artecámara cada vez está peor y uno no sabe porqué Maria Iovino coge más y más poder. Tiene Artecámara, exposiciones en galerías, las residencias esas de la FGAA y realmente su trabajo me parece mediocre, empezando por sus textos, que dan lástima.
Catalina Vaughan: ¿Por qué Artecamara está cada vez peor?
Orlando Contreras: la razón no la sabría pero a mi me pareció muy mala porque este año el montaje era muy torpe. Además de un mal texto, no se veía una curaduría consistente y no sé que pensar sobre esa parte de «los artistas del sur»…
Catalina Vaughan: ¿y las obras? ¿también tenían problemas?
Orlando Contreras: creo que sí, también muchas se sentían como ejercicios, me acuerdo mucho de unos dibujos de Daniel Salamanca que me parecieron terriblemente malos. Hasta donde sé, a Artecámara le llegan como mil portafolios de gente que quiere participar. Uno se pregunta porqué esos artistas eran los elegidos. Claro, uno que otro artista era interesante pero como muestra, no la lograba. Otro descache para mí fue el salón ese de la Gilberto Alzate. Creo que se llamaba Premio Bienal a las Artes. Era todo un descache, empezando por el montaje, la cosa no marchó nada bien. Una obra que me gustó mucho, la de Santiago Forero estaba arrumada en la pared curva de la sala y uno no podía verla bien y era una lástima porque era de los mejores trabajos expuestos allí. También uno siente que eligieron muchas cosas y trataron de meter todo en el mismo espacio. La mayoría de trabajos se veían arrumados. La calidad de las obras era muy variable, había trabajos excelentes, como el de Mario Opazo y otros que me parecieron en lo personal muy regulares. Es chévere que haya premios para los artistas pero en ese certamen se sentía mucha confusión, no sé, a fin de cuentas no resultaba tan interesante.
Orlando Contreras: creo que las mejores cosas del año se vieron más en exposiciones de galerías como fue el caso de Lorena Espitia en Christopher Paschall. Un trabajo muy serio el de ella. Me parece que aborda de una manera muy interesante la pintura. Hay algo en su trabajo sobre la objetualidad de la obra artística que antes proponía desde lo meramente plástico y ahora desde la obra como producto al hablar del arte político decorativo. Fue como meter el dedo en la llaga y ponerse ella también en juego. Reconocer algo que parece ocurrir por debajo de cuerda en el mercado del arte y claro, no se quedaba en eso. Las pinturas eran buenísimas.
Catalina Vaughan: usted escribió hace unos días en su «statment» de facebook que estaba muy contento con la curaduría de «La buena vida» en el Salón Nacional…
Orlando Contreras: tuve la oportunidad de ver los 4 salones que están allá en Santa Marta. En algunos se notaba improvisación, pero el del proyecto la Perseverancia, que está en la Quinta de San Pedro Alejandrino la logra muy bien. Una de las mejores obras era la de Giovanny Vargas, estudios de caso en los que dibuja casas de chapinero muy bonitas, en muy bonitos colores después, uno sabe que esas casas han sido demolidas para construir edificios de apartamentos. Es como un registro de la constante demolición que busca una comodidad citadina. La exposición tenía otra cosa interesante y es que relacionaba de una manera muy hábil artistas de muy distintas procedencias e intereses por ejemplo un artista que hacía unas cucharas en barro y que vive en Ráquira al lado de un cómic de Paola Gaviria y al fondo una instalación de colectivo Tangrama. Todas obras muy distintas en muchos niveles pero en un diálogo muy bien estructurado.
Catalina Vaughan: ¿es verdad que la ministra iba a inaugurar el Salón pero no llegó?
Orlando Contreras: es completamente cierto de hecho debo decir que como artista participante percibí muchísimo desorden por parte de los curadores de maldeojo no sé si se deba a ellos tal vez no pero en general, estos «parasalones» muestran signos de duda y desorden por todos lados la ministra debía llegar el jueves no llegó nunca pero ese no ha sido el unico problema cambian las cosas de un momento a toro le hacen exigencias a los curadores que salen de la nada la plata se demora en llegar paradógicamente, no estoy muy enterado de como ha sido la relación con la curaduría de la zona centro en la que estoy pero conocí a otros curadores que me lo contaron estar muy onconformes con la gestión del salón tal vez se veía venir desde el principio independientemente fue un desorden total nadie entendía las decisiones que estaban tomando
Catalina Vaughan: ¿qué decisiones?
Orlando Contreras: alguien dijo que habían tenido en cuenta las críticas hechas al salón de Cali pero no lo parece en absoluto están cometiendo errores aún peores decisiones como mandar los salones regionales a tres ciudades diferentes en tres momentos distintos una de las cosas más criticadas del anterior salón fue la poca visibilidad para los regionales con esta estrategia, la visibilidad es casi nula nadie podrá ver el salón en su totalidad le tocaría viajar a la costa como 5 veces y esa curaduría de zona franca que son artistas internacionales viniendo a hacer trabajo con comunidades. Es un tema que me parece irrelevante eso del arte y la artesanía, además el tema! Es un tema que uno dice: ¿que razón hay?
Catalina Vaughan: más aún si Maldeojo criticó tanto lo internacional del nacional pasado!

Orlando Contreras: exactamente! a eso me refería supuestamente tomaron en cuenta lo que pasó en Cali pero cometieron los mismos errores y tres veces peor pues me parece gracioso es que desde el título uno queda perdido: ¿independientemente? ¿independientemente de qué? alguien en esferapública lo preguntó y nunca respondieron hay algo que.. bueno, es que también deberíamos plantearnos la duda y es el porqué eligieron a Maldeojo como curadores? Más allá de ser costeños dudo que tengan mucha experiencia para manejar un evento tan complejo y creo que esa inexperiencia ha sido más que demostrada con tantas decisiones dudosas en este salón.Catalina Vaughan: ¿qué cosas quedan en su memoria de lo sucedido en el 2010?

Orlando Contreras: Los descaches fueron varios e importantes: Artecámara cada vez está peor y uno no sabe porqué Maria Iovino coge más y más poder. Tiene Artecámara, exposiciones en galerías, las residencias esas de la FGAA y realmente su trabajo me parece mediocre, empezando por sus textos, que dan lástima.

Catalina Vaughan: ¿Por qué Artecamara está cada vez peor?

Orlando Contreras: la razón no la sabría pero a mi me pareció muy mala porque este año el montaje era muy torpe. Además de un mal texto, no se veía una curaduría consistente y no sé que pensar sobre esa parte de «los artistas del sur»…

Catalina Vaughan: ¿y las obras? ¿también tenían problemas?

Orlando Contreras: creo que sí, también muchas se sentían como ejercicios, me acuerdo mucho de unos dibujos de Daniel Salamanca que me parecieron terriblemente malos. Hasta donde sé, a Artecámara le llegan como mil portafolios de gente que quiere participar. Uno se pregunta porqué esos artistas eran los elegidos. Claro, uno que otro artista era interesante pero como muestra, no la lograba. Otro descache para mí fue el salón ese de la Gilberto Alzate. Creo que se llamaba Premio Bienal a las Artes. Era todo un descache, empezando por el montaje, la cosa no marchó nada bien. Una obra que me gustó mucho, la de Santiago Forero estaba arrumada en la pared curva de la sala y uno no podía verla bien y era una lástima porque era de los mejores trabajos expuestos allí. También uno siente que eligieron muchas cosas y trataron de meter todo en el mismo espacio. La mayoría de trabajos se veían arrumados. La calidad de las obras era muy variable, había trabajos excelentes, como el de Mario Opazo y otros que me parecieron en lo personal muy regulares. Es chévere que haya premios para los artistas pero en ese certamen se sentía mucha confusión, no sé, a fin de cuentas no resultaba tan interesante.

Orlando Contreras: creo que las mejores cosas del año se vieron más en exposiciones de galerías como fue el caso de Lorena Espitia en Christopher Paschall. Un trabajo muy serio el de ella. Me parece que aborda de una manera muy interesante la pintura. Hay algo en su trabajo sobre la objetualidad de la obra artística que antes proponía desde lo meramente plástico y ahora desde la obra como producto al hablar del arte político decorativo. Fue como meter el dedo en la llaga y ponerse ella también en juego. Reconocer algo que parece ocurrir por debajo de cuerda en el mercado del arte y claro, no se quedaba en eso. Las pinturas eran buenísimas.

Catalina Vaughan: usted escribió hace unos días en su «statment» de facebook que estaba muy contento con la curaduría de «La buena vida» en el Salón Nacional…

Orlando Contreras: tuve la oportunidad de ver los 4 salones que están allá en Santa Marta. En algunos se notaba improvisación, pero el del proyecto la Perseverancia, que está en la Quinta de San Pedro Alejandrino la logra muy bien. Una de las mejores obras era la de Giovanny Vargas, estudios de caso en los que dibuja casas de chapinero muy bonitas, en muy bonitos colores después, uno sabe que esas casas han sido demolidas para construir edificios de apartamentos. Es como un registro de la constante demolición que busca una comodidad citadina. La exposición tenía otra cosa interesante y es que relacionaba de una manera muy hábil artistas de muy distintas procedencias e intereses por ejemplo un artista que hacía unas cucharas en barro y que vive en Ráquira al lado de un cómic de Paola Gaviria y al fondo una instalación de colectivo Tangrama. Todas obras muy distintas en muchos niveles pero en un diálogo muy bien estructurado.

Catalina Vaughan: ¿es verdad que la ministra iba a inaugurar el Salón pero no llegó?

Orlando Contreras: es completamente cierto de hecho debo decir que como artista participante percibí muchísimo desorden por parte de los curadores de maldeojo no sé si se deba a ellos tal vez no pero en general, estos «parasalones» muestran signos de duda y desorden por todos lados la ministra debía llegar el jueves no llegó nunca pero ese no ha sido el unico problema cambian las cosas de un momento a toro le hacen exigencias a los curadores que salen de la nada la plata se demora en llegar paradógicamente, no estoy muy enterado de como ha sido la relación con la curaduría de la zona centro en la que estoy pero conocí a otros curadores que me lo contaron estar muy onconformes con la gestión del salón tal vez se veía venir desde el principio independientemente fue un desorden total nadie entendía las decisiones que estaban tomando

Catalina Vaughan: ¿qué decisiones?

Orlando Contreras: alguien dijo que habían tenido en cuenta las críticas hechas al salón de Cali pero no lo parece en absoluto están cometiendo errores aún peores decisiones como mandar los salones regionales a tres ciudades diferentes en tres momentos distintos una de las cosas más criticadas del anterior salón fue la poca visibilidad para los regionales con esta estrategia, la visibilidad es casi nula nadie podrá ver el salón en su totalidad le tocaría viajar a la costa como 5 veces y esa curaduría de zona franca que son artistas internacionales viniendo a hacer trabajo con comunidades. Es un tema que me parece irrelevante eso del arte y la artesanía, además el tema! Es un tema que uno dice: ¿que razón hay?

Catalina Vaughan: más aún si Maldeojo criticó tanto lo internacional del nacional pasado!

Orlando Contreras: exactamente! a eso me refería supuestamente tomaron en cuenta lo que pasó en Cali pero cometieron los mismos errores y tres veces peor pues me parece gracioso es que desde el título uno queda perdido: ¿independientemente? ¿independientemente de qué? alguien en esferapública lo preguntó y nunca respondieron hay algo que.. bueno, es que también deberíamos plantearnos la duda y es el porqué eligieron a Maldeojo como curadores? Más allá de ser costeños dudo que tengan mucha experiencia para manejar un evento tan complejo y creo que esa inexperiencia ha sido más que demostrada con tantas decisiones dudosas en este salón.