El Palacio de Bellas Artes

Tal vez si hablamos de otra cosa que no sea la ‘parapolítica’, la narcocracia, la narcoextradición, la ineptitud del Congreso, el desgobierno imperante, el país a la deriva, la re-re-elección presidencial indefinida, los pobres secuestrados, de quienes ya nadie se acuerda, excepto sus adoloridos familiares, y todo lo demás que tiene putrefacto el ambiente colombiano, logremos introducir un poco de aire fresco o, cuando menos, respirable.

¿Qué tal, por ejemplo, el Palacio de Bellas Artes de Bogotá? No es que Bogotá tenga ningún Palacio de Bellas Artes (como lo poseen Ciudad de México, Buenos Aires, varias ciudades brasileñas, Santiago, entre otras capitales latinoamericanas), pero hay circunstancias que permiten creer que nuestra ciudad podría tener un Palacio de Bellas Artes para conmemorar el 20 de julio del 2010 el bicentenario de la Independencia.

¿Sería posible tanta belleza? ¿De eso tan bueno sí dan tanto? Pues, sí, sería posible si el Alcalde Samuel Moreno quiere y la ciudadanía toma conciencia del aumento de calidad que les daría a sus vidas contar con un Palacio Museo de Bellas Artes.

Por lo pronto, el edificio está hecho. ¿Dónde? En la avenida Jiménez de Quesada, entre las carreras 7a. y 8a., se levanta el precioso Palacio de San Francisco, en otro tiempo sede de la Gobernación de Cundinamarca y ahora prestado en comodato a la benemérita Universidad del Rosario. La buena noticia es que en las próximas semanas o meses la Universidad del Rosario le devolverá el Palacio de San Francisco a su propietario, que lo es el Distrito Capital de Bogotá. La Universidad va a inaugurar su campus en el norte y trasladará allí las dependencias que hoy alberga en San Francisco. Si por un lado lamentamos que esa institución educativa se vaya del Centro Histórico, donde ha estado más de cuatrocientos años, por otro nos alegra que el Palacio de San Francisco quede, por fin, a disposición de la ciudad y se pueda plasmar en él la vieja idea que muchos soñadores hemos acariciado sobre su conversión en el Palacio Museo de Bellas Artes de Bogotá.

El alcalde Samuel Moreno aspira a realizar la conmemoración del centenario de la Independencia de una manera espléndida, digna de esa fecha magna y de la gran ciudad en que se ha constituido Bogotá a lo largo de los doscientos años de independencia que van a cumplirse. En días pasados, el burgomaestre reunió en su despacho a un grupo más o menos numeroso de personas dedicadas a distintos oficios creativos, en una precomisión del bicentenario, coordinada por William Ospina, y les pidió ideas para hacer de la celebración bicentenaria un evento que tenga significado profundo para los colombianos de hoy y de mañana.

¿Qué otro proyecto novedoso encajaría mejor en ese propósito laudable del alcalde Moreno Rojas que hacer de San Francisco el gran Palacio Museo de Bellas Artes de Bogotá y de Colombia? El de San Francisco es un edificio bellísimo, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, y sólo requiere ser adecuado en el interior para su nueva función. Ahí está un grupo lujosísimo de intelectuales colombianos, gentes de buen gusto, que pueden formar el comité encargado de las tareas pertinentes para que el Palacio de Bellas Artes de Bogotá sea inaugurado, con fabuloso esplendor, el 20 de julio del 2010: Juan Cárdenas, Santiago Mutis, Juan Manuel Roca, Beatriz González, Martha Senn, Piedad Bonnet, Gustavo Zalamea, Elvira Cuervo de Jaramillo y muchos otros. No sería descaminado que nuestro alcalde invitara a sir Norman Foster a presidir el comité y a darnos una mano en la concepción de un museo integrado a la vida cotidiana de la ciudad, como lo hizo en Londres con el British Museum. Quizá acepte, quizá no. Nada se pierde con proponerle.

Enrique Santos Molano*
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/enriquesantosmolano/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4167655.html

1 comentario

Sobre la construcción del Palacio de Bellas Artes:
Nos alegra grandemente que en Colombia podamos disfrutar de un PALACIO DE BELLAS ARTES, de UN PALACIO PARA LA CULTURA. Es el momento justo, para que desde todos los sectores de la nación apoyemos su construcción como un gesto de solidaridad y dignidad en un pais en el que, cotidianamente, nuestro prójimo contradice los más altos valores de la moral, de la ética.
Nuestra inteligencia, nuestra consciencia, nuestra voluntad y creatividad trabajan y trabajarán siempre por el bien de la nación, de todos los colombianos sin distingo alguno. Un día próximo construiremos nuestro GRAN PALACIO DE BELLAS ARTES, NUESTRO GRAN PALACIO DE LA CULTURA con el ingenio, el trabajo y el apoyo de nuestra auténtica democracia cultural. Con todos los colombianos honestos y comprometidos con el espíritu de la nación. Seguimos construyendo mientras otros destruyen. Nadie impedirá un futuro grandioso para la Cultura Colombiana. Juan Niño López. Presidente Consejo Directivo Academia Colombiana de la Cultura.