Desde la Tadeo

En julio cumpliré dos años de ser profesora en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en los cuales he dictado diferentes materias pero principalmente Arte-Ciudad.

Al principio fue difícil adaptarme a la Universidad y a los estudiantes -con cambio de ciudad incluido- sobre todo con el primer curso de Identidad-Identificación, pues mi formación en la Universidad Nacional en Medellín, exigía a los estudiantes desde el primer semestre el compromiso con investigaciones y trabajos personales, y a los estudiantes de los últimos semestres de la Tadeo esto les parecía muy extraño, y mucho mas que uno les pidiera investigaciones contextuales con base en las cuales propondrían proyectos. La respuesta de algunos fue solicitarme que les pusiera ejercicios como los otros profesores, o sea definidos de principio a fin donde ellos tal vez podrían tener libertad en algunos aspectos de la forma. Por el contrario, muchos de los enunciados que propuse y propongo, incluso pueden empezar con la elección de un lugar donde cada quien hace una investigación y define según eso su intervención, por supuesto con asesorías, bitácoras y sustentaciones en el proceso. Esto hace ya casi dos años, les parecía muy extraño, como sin pies ni cabeza, incluso creo recordar que quien lideró la solicitud para volver al modelo conocido era la representante estudiantil de esa época, pero yo continué con la nueva metodología de trabajo.

Después conocí ejercicios realizados con otros profesores, donde el docente por ejemplo les enseñaba el trabajo de Cildo Meirelles y basado en ello, los ponía – a todos- a hacer inserciones en supermercados, y después esos trabajos eran seleccionados para los Salones de Arte Joven de Bogotá, y entonces uno les preguntaba si en la ficha técnica para la exposición aparecía que el enunciado especifico del ejercicio estaba definido por el profesor tal. pero no había una respuesta clara al respecto, y los estudiantes lo que decían era que uno ponía muchas cáscaras en la critica de los trabajos.etc, etc. Incluso en ese mismo semestre, en un ejercicio que puse sobre el barrio de cada uno donde por supuesto la investigación del lugar, su historia y sus significados sociales eran los que definían los conceptos y los lenguajes plásticos a trabajar, y cada estudiante se enfrentaba con un análisis y una sustentación del por qué de la intervención, un estudiante planteó un concurso de perros. por supuesto le solicité que me lo argumentara desde lo artístico, y lo que él tuvo que hacer fue cambiar su trabajo.

En semestres posteriores, contrario a lo que se esta diciendo desde hace meses en Esfera Publica, he tenido estudiantes mas comprometidos con sus trabajos y no simplemente con cumplirle un ejercicio a un profesor, incluso el semestre pasado fui tutora de la tesis de Carolina Muñoz -tesis calificada por Guillermo Vanegas, Paulo Licona y Jimena Andrade como meritoria.

Entonces, uno se pregunta por qué tanto protagonismo con lo sucedido con Natalia Ávila (se llama así??? yo ni siquiera la conozco) y por qué los cambios positivos y los buenos estudiantes de la Tadeo son opacados por la tesis de Ávila (¿??) de la cual ni entre profesores ni estudiantes he escuchado hasta ahora ningún buen comentario?

El proceso que he conocido de la Tadeo ha traído cambios donde por ejemplo han salido profesores que los mismos estudiantes me han dicho que citaban a entregas de trabajos a las cuales después no se aparecían etc, etc,. También a cambiado ese discurso de algunos docentes que al mostrar sus trabajos y antes de sustentar el proceso decían «pero esto no es arte» en un acto de «humildad» donde al parecer era vergonzoso querer ser artista, y donde por supuesto cualquier cosa podía ser legitimada porque ante la critica simplemente cabría decir «es que yo no quiero ser artista» frase que en ese primer semestre que trabajé en la Tadeo escuché como réplica en algunos estudiantes cuando se les exigía un nivel en su trabajo.

Pero lo dicho no contradice la apertura hacia los cuestionamientos, en tanto es fundamental que los estudiantes critiquen, exijan, y se genere una dialéctica académica que es índice de seres pensantes y reflexivos. Aunque, mas allá de siempre ver el error en el otro, yo personalmente en mi trabajo en distintos ámbitos he tratado de asumir que lo mas importante es exigirse a si mismo y cuando esto se hace se puede exigir a los demás. Entonces, las críticas son valiosas pero con argumentos sólidos y demostraciones y no desde emocionalidades, simpatías o antipatías personales.

Por ello, desde la experiencia que he tenido incluso en diferentes universidades, puedo decir que con el paso del tiempo, cada vez me gustan mas los estudiantes que tengo en la Tadeo, cada vez en términos generales por supuesto con algunas excepciones, son mas respetuosos con sus trabajos y con las exigencias académicas, y en realidad no me he dado cuenta si están mejor o peor vestidos, aunque incluso a mi me gustaría estar mejor vestida, pues el cuerpo y sus atuendos también tienen una dimensión plástica, artística, y demeritarlo sería caer en dimensiones metafísicas. Pero, en realidad no sabría definir qué es estar mejor o peor desde la ropa, aunque para algunos esto parece muy claro. Y si, cada vez quiero mas a los estudiantes de la Tadeo, y de Camila Barreto me encantó su entusiasmo por el arte y por las clases, y por tratar de hacer todo con un alto nivel dando lo mejor de si.

Finalmente, frente a los debates sobre la carrera de Bellas Artes de la Tadeo, lo que me asombra es que conozco desde hace décadas problemáticas terribles en otras universidades del país -se podrían escribir tratados-, y por ejemplo el año pasado fui profesora de un postgrado en otra universidad en Bogotá, y desde el primer día los estudiantes no hicieron sino poner quejas de la mala administración, de los enredos de la directora, y después en carne propia viví lo que se me había dicho y por supuesto este semestre estoy a kilómetros de distancia de ese lugar, porque simplemente donde uno no se siente bien no debe estar. Pero, sobre lo sucedido en otras universidades de Bogotá y del país nadie escribe ni pone la cara, aunque frente a textos que criticaban hace mucho tiempo en Esfera Pública lo institucional, yo señalaba que las universidades también eran instituciones, pero la referencia a ellas era nula y mucho menos a sus funciones, pues parecían territorios autónomos, intocables y diferenciales, comparados con otras instituciones por ejemplo del Estado. Ahora, el silencio continúa, tal vez por la comodidad de ser espectadores en el debate sobre la Tadeo que parece un monólogo.

La carrera de Bellas Artes de la Tadeo como tantas otras tiene mucho trabajo por realizar y mejorar, pero de verdad siento que el esfuerzo poco a poco se ha hecho y se sigue haciendo. Entonces, sería importante ampliar el debate hacia otras dimensiones de la Esfera.

Por último, el chiste cotidiano de los estudiantes en las clases de Bellas Artes sobre cualquier asunto y este debate es: «Mañana eso va a salir en Esfera Pública…»

Gloria Posada

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Gloria Posada