Debate premio botero

En mi opinión, el hecho de que una obra haya participado previamente en un evento, no va en detrimento de la obra ni del evento a participar. Es común ver en convocatorias de eventos artísticos, requisitos como demostrar diploma de artista, años de experiencia y otros cada vez más voluntariosos. La verdad no veo en qué puedan estos requisitos demostrar la calidad de los artistas o de los trabajos. Quién y con qué criterios se establecen estos filtros? Corresponderán más a bien formalismos que pretender reforzar la hegemonía de las instituciones de “formación artística” o de los espacios de exposición? Que bueno sería que en eventos que pretenden auspiciar la actividad artística, se diera cabida a la mirada fresca y enriquecedora de personas de otras disciplinas, autodidactas o que no han tenido acercamientos académicos. De seguro aportarían a la cada vez más cerrada escena artística nacional. No veo porqué artistas o gestores pretenden seguirle el juego y avalar este tipo de filtros exclusionistas y desiguales que no brindan ningún aporte…

paralelos formales

Paralelos… sobre el premio Fernando Botero:

Tomado de: 3er párrafo de DEBERES DE LOS PARTICIPANTES de la Convocatoria al premio Fernando Botero.

.Los participantes pueden presentar dos (2) obras bidimensionales o tridimensionales, que no hayan sido exhibidas anteriormente. En caso contrario, el artista quedará descalificado automáticamente..

Tomado de: Claudia rubio/El Tiempo sábado 11 de febrero de 2006

De tesis a premio Botero

.y de los tres cuadros que presento en la tesis, dos son los que decidió mandar a concursar al premio..

Tomado de: Martha Morales/Catalogo VII Muestra de Trabajos de Grado Artes Plásticas U.N febrero de 2003

.La exposición de trabajos de grado…la realización de la muestra implica la voluntad y el esfuerzo de la comunidad estudiantil para convertir el edificio en una galería abierta al publico de la universidad y de la cuidad. Durante dos semanas los talleres de la escuela se convierten en un espacio de análisis y confrontación de los proyectos realizados y, a la vez , en un espacio de difusión y promoción..

Tomado de: Miguel Huertas/ Catalogo VI Muestra de Trabajos de Grado Artes Plásticas U.N agosto de 2001.

.Aunque reciente (1999), el programa Exposición de trabajos de Grado, posee ya una cierta tradición que confirma..

Tomado de: Miguel Huertas/ Catalogo III Muestra de Trabajos de Grado Artes Plásticas U.N febrero de 2001.

.Aun mas allá, el sentido fundamental del trabajo de Grado es el de poner en juego de manera explicita el paso de la obra personal al ámbito publico. Una obra puede ser más o menos sensible, más o menos interesante pero solamente se construye como arte en el momento en que propicia un intercambio en la esfera publica, de ahí deriva la dimensión ética del arte. Si bien para la mayoría de los estudiantes que se presentan no es la primera, esta exposición constituye un hito en su trayectoria, pues en ella se pone en juego el rigor que la academia les ha aportado para avalar su ética profesional.

Tomado de: Miguel Huertas/ Catalogo II Muestra de Trabajos de Grado Artes Plásticas U.N agostode 2000.

Es lógico que la reflexión académica de la carrera de artes plásticas desemboque en la presentación pública de sus Trabajos de Grado. Una vez cumplida la primera parte de las orientaciones de la reforma académica de 1993, surgen nuevas tareas una de la cuales es la de organizar un programa permanente de muestras..

Tomado de: Rodrigo Sepúlveda/ El Tiempo viernes17 de febrero de 2006

La “constructora” de pinturas

…lo que si tiene claro es que el dinero que recibió por el premio lo invertirá…

Tomado de: Claudia Rubio El Tiempo lunes 13 de febrero de 2006

La joven premiada explicó a la prensa que envió al concurso dos de las pinturas de un tríptico en gran formato que en 2005 presentó como tesis de grado en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Son pinturas de 1,80 metros por 1,20 metros, cada una de las cuales tiene tres láminas de acrílico, agregó Celín, y observó que se trata de producciones en “acrílico sobre acrílico”.

Tomado de: Christine Temin/ El Tiempo 20 de febrero de 2005

El Premio Botero está bajo el auspicio de la Fundación Jóvenes Artistas Colombianos, cuya directora, María Elvira Pardo, es seguramente la más devota campeona del arte de los jóvenes colombianos.

Si el Premio Botero es capaz de publicitarse a sí mismo más vigorosamente, el arte colombiano puede llegar a ser un actor significativo en el escenario mundial.

Paralelos recopilados por Luis Hernández Mellizo, seleccionado para participar en el II salón Fernando Botero

Feb 23 de 2006

una cosa es una cosa

En mi humilde opinión, y es más, en una opinión de humus, de humus erectus, diría que somos tremendamente legalistas/formalistas en asuntos que no lo ameritan y que dejamos de ser jurisconsultos, pensadores, cuando ciertos temas lo ameritan (re/cordar el famoso salón de la In/ex/justicia).

Hombre, mujer, antetodo, JÓVENES, JÓVENES, dejen, dejemos que esta chica logre su merecimiento, la obra es excelente, todo un juego de translúcido y de las ventanas, de multitud voyeurista y soledad abisal, de exterior e interior.

Es lógico que una tesis de grado sea visible como en una suerte de laustro íntimo, el de las exposiciones universitarias. ¿Vale la pena proceder como tinterillos y ahogar en un mar de alegatos una envidia, que ojalá fuera de la buena y no de la mala?

Porque como dijo Abdón de su hermano: una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

Gabriel Restrepo

antropofagia nacional

Hace poco vimos, en el consabido caso de la Universidad Nacional, cómo la soberbia, la impotencia y la envidia pretendían atentar contra Gustavo Zalamea. Otro tanto suele corresponderle a José Roca, a Javier Gil, al artista que está figurando en el momento, en general, a toda cabeza visible cuya posición corroe en lo más bajo de cada quien.

El caso de Eva Celín es el borde del absurdo… ¿por qué arremeter contra una joven cuya carrera recién comienza? ¿es acaso tan doloroso que ella haya ganado y usted no?

¿Por qué en lugar de consumirnos lanzando juicios injuriosos contra el otro (tanto más si ha obtenido algún triunfo), hacemos un alto en el camino para recordar que el arte es ante todo exaltación de la vida y no irrisión del ser humano?

Camilo Calderón

protagonistas

En el arte, como en la vida, la manera como se presentan las cosas, como se dicen, es definitivo. A decir verdad, el hecho de que un artista descalifique a otro que gana un premio no reviste mérito alguno y no deja sino la clara impresión de que todo el asunto no tiene su motivación en el deseo de que se haga justicia.

Igual con aquel que no pierde oportunidad para mostrar su agradecimiento y posicionarse como defensor de las instituciones y sus directores, asediados periódicamente por una banda de artistas infelices y desagradecidos.

Así como no tiene presentación irse lanza en ristre contra un colega que gana un premio, menos la tiene desacreditar todo desacuerdo en una comunidad para tratar de quedar bien ante una de las partes.

Como ya se dijo hace un rato: una cosa es una cosa….

Carlos Alberto Vergara

dejen jugar a más gente

En mi opinión, el hecho de que una obra haya participado previamente en un evento, no va en detrimento de la obra ni del evento a participar.

Es común ver en convocatorias de eventos artísticos, requisitos como demostrar diploma de artista, años de experiencia y otros cada vez más voluntariosos. La verdad no veo en qué puedan estos requisitos demostrar la calidad de los artistas o de los trabajos. Quién y con qué criterios se establecen estos filtros?

Corresponderán más a bien formalismos que pretender reforzar la hegemonía de las instituciones de “formación artística” o de los espacios de exposición? Que bueno sería que en eventos que pretenden auspiciar la actividad artística, se diera cabida a la mirada fresca y enriquecedora de personas de otras disciplinas, autodidactas o que no han tenido acercamientos académicos. De seguro aportarían a la cada vez más cerrada escena artística nacional.

No veo porqué artistas o gestores pretenden seguirle el juego y avalar este tipo de filtros exclusionistas y desiguales que no brindan ningún aporte.

Carlos Castro

lo que habría que discutir

Lo que habría que discutir en este caso me parece que es esto: si una exposición de tesis de grado, que es un acto liminar entre la formación y la salida al mundo profesional, puede considerarse como una exposición en forma, es decir, como una exposición propia de personas que compiten en el mercado del arte y en circuitos reconocidos para artistas profesionales. Yo tendería a pensar que los términos de la convocatoria FUERON PENSADOS CON ESTA LÓGICA y que si la distinción no se hizo fue porque no se había presentado un caso así y quizás no se pensara que ocurriera. Al fin y al grado (o al grano, como decían), un grado suele ocurrir a los 22 años más o menos, y de 22 a 35 hay un buen trecho.

Ahora bien, es como si entre la crisálida y la mariposa tendiéramos ya esa red espesa de las guerras estético/jurídicas e incluso casi teológicas y puisiéramos -ingenuos- prevenir todo nacimiento. Precisamente porque los “pobres egresados/as” no tienen hoja de vida, trayectoria, exposiciones, la universidad con buen criterio instituyó esas “muestras” de los trabajos de grado, De muestras, a exposiciones, me parece hay un largo trecho. Todos/as, artistas o no, sabemos cuán difícil es hacer hoja de vida en exposiciones individuales o colectivas, porque nuestros filtros son exquisitamente perversos. Y no quiero insistir en el caso ejemplar -mi ya extinto
monotematismo-, porque nadie le para ya bolas a eso. Papel periódico de ayer. Fugacidad de internet. Y ahora queremos añadir un cedazo más.

Para un observador más o menos imparcial no deja de ser una ironía que todo este debate ocurra al amparo de un pintor que -gústenos o no, y a mí me gusta, qué le vamos a hacer- es clasificado como de museo. Lo que para mí -viejo como soy- muestra una lección que cada vez disfruto con cierta ironía. Hay que dudar del dogma de la infalibilidad de la juventud -léase reforma de Córdoba, léase movimientos estudiantiles, movimientos estéticos-, porque muchas veces esa “juventud” es más vieja, menos lista y ultratradicionalista que el diablo, así se revista de la apariencia de vanguardia. Frente a ellos los conservadores son más liberales. Tal vez sea una de las pocas lecciones que admiro de esa ya cansona y cansina posmodernidad.

Gabriel Restrepo

para carlos castro

Nadie defiende la pertinencia de los términos de las convocatorias; lo único que se señala es que si los términos se aplican discrecionalmente, es decir, de acuerdo al candidato, se llega a la situación de que no todos los aspirantes concursan en igualdad de condiciones. Si en la convocatoria se dice expresamente algo así como: “la obra presentada no puede haber sido expuesta previamente”, no se discute la pertinencia de este requisito, simplemente, los efectos de cambiar los términos después de las convocatorias, presumiblemente para acomodarlos en ventaja de algún candidato específico.

Si se dice: “los fallos del jurado son inapelables”, el artista debería pensar si en verdad va a firmar la renuncia a su derecho de apelación. Si no está dispuesto a renunciar a su derecho de apelación es mejor que lo piense detenidamente antes de firmar (y participar). Lo que no excluye la posibilidad de discutir sobre los requisitos de las convocatorias. Si no está dispuesto a renunciar a su derecho de apelación, la mecánica de los requisitos permite excluir al candidato bajo el pretexto de que no satisface todas las condiciones. Entonces,
eventualmente, en un hipotético caso: ¿cómo explicar el premio a un candidato que no satisface todas las condiciones y que estaría, por así decirlo, en la misma condición que aquel que se negó a la renuncia de su derecho de apelación?

Se sugiere rastrear la relación entre la exigencia de “profesionalización” y la consolidación de una pléyade de artistas privilegiados que rodean las instituciones: a veces la linea entre artista e institución es tan difusa y permeable que resulta inevitable verse tentado a pensar que el artista es la obra de la institución, y la obra del artista, un corolario vacío de este proceso de absorción.

Se abre la pregunta: ¿qué términos no deberían estar incluidos en una convocatoria? (sugiero, renuncia al derecho de apelación, para empezar)

pablo batelli

a los textos se les da el sentido (perverso) que se quiere….

Creo que la discusión ha tomado un giro (perverso) en este caso gracias al señor Gabriel Restrepo, al leer y entender algo que no esta patente en el texto como tal, al hacer una intepretación vacua y primaria de el; El señor Luis hernandez paradigmatico o no, hace referencia a la válidez o no de las reglamentos impuestos por los organizadores de los concursos, en este caso el premio Botero, al ser infringidos por los mismos organizadores. Y no a la calidad o no de la obra de la señora Eva María Celín. Ni tampoco a la calidad de los “pobres egresados/as” (término bastante populista, tal vez Ud. tambien quiere llamar la atención…) y sus hojas de vida, que aunque sean muy jóvenes la mayoría han participado en varias exposiciones y “muestras” antes de presentar sus tésis de grado. Aunque no sea el caso de la ganadora del citado premio, no se debe generalizar esta circustancia.

Creo que hay que investigar y reflexionar un poco más a la hora de escribir, por que la idea es escribir por escribir, crear polémica…?

Michael López
Estudiante de doctorado en pintura
Universidad del País Vasco. Bilbao, España.

la lucha por el reconocimiento

Hay varios tipos de reconocimiemto* por los que lucha el artista a través de su obra: el que se premie su talento, reconozca la pertinencia de su obra, lugar en el medio artístico, capacidad de aportar, atacar cánones y normas…

Si este reconocimiento no llega, si ya pasa de los 35 años y no ha sido aceptado en ningún concurso, salón o exposoción, lo que se reconoce es que eres un artista “no reconocido”, categoría para la que también no sólo está el limbo del olvido, tiene también sus instituciones, como el Museo de Arte Malo de Boston.

MB

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“Un museo de Boston exhibe únicamente obras de “arte malo” Ya lleva diez años funcionando y su colección permanente tiene 250 piezas.

Coleccionar, preservar, exhibir y celebrar el arte malo “en todas sus formas y en toda su gloria”. Esa es la misión del MOBA (Museum of Bad Art o Museo de Arte Malo), fundado en 1993 por una pareja de Boston entusiasmada con juntar cuadros que nadie quería.

La historia comenzó cuando Scott Wilson, un anticuario que solía buscar objetos de valor en mercados de pulgas y basureros, encontró en la calle el cuadro “Lucy en el campo con flores”, un retrato de una mujer con pelo blanco sobre un fondo amarillo. Sabiendo que la obra carecía de valor, le interesó el marco, pero cuando se dio cuenta que estaba unido a la pintura decidió desecharlo. Pero antes de tirarlo a la calle, se lo mostró a su amigo Jerry Reilly, que lo aceptó considerando que la obra era tan mala que merecía ser
exhibida.

“Lucy” se convirtió en el centro de atención de todas sus reuniones (hoy es el emblema del museo). Con el tiempo, Reilly y su esposa fueron recibiendo más piezas de arte malo, a la vez que aumentaba el número de personas que asistían a sus reuniones. En dos años acumularon decenas de obras sin valor, y las visitas ya resultaban molestas.

En 1995 el museo encontró nueva sede en el Teatro Comunitario de Dedham, en las afueras de Boston, donde aprovecharon un lugar público con muchos espacios vacíos. La colección siguió creciendo y el siguiente paso fue lanzar el sitio www.museumofbadart.org. Internet fue clave para concretar la misión de Reilly: “Acercarle lo peor del arte a una audiencia global.”

El fundador hoy no deja de sorprenderse por los más de 6.000 suscriptores del boletín de noticias del sitio, que se reconocen como fieles devotos del “arte malo”. Un público especial capaz de pagar 16 dólares por remeras del museo y agotar la 1 edición del libro MOBA: Arte demasiado malo para ser ignorado. Mike Frank, miembro del comité directivo, cree que con el dinero recaudado se podría aumentar de 6.50 a 10 dólares cada obra que adquieren.

“Pero eso aún lo tenemos que discutir con el resto del directorio”, le dijo al diario Boston Globe en tono bromista; el dinero que recaudan apenas les alcanza para mantener este hobby y todos los miembros del staff tienen trabajos serios.

La mayoría de las 250 piezas de la colección permanente proviene de gente que encuentra objetos de arte abandonados en la calle, que adquieren por poca plata en negocios de reventa, o que las descuelgan de las paredes de un familiar fallecido.

Los creadores son artistas sin talento, o amateurs que aún no han desarrollado buena técnica, y quizá nunca lo hagan. Pero no todas las obras son aceptadas: “Ser un mal artista no alcanza para entrar en la colección ‹explica a Clarín en una charla telefónica Louise Sacco, actual directora y hermana del fundador Reilly‹. El trabajo tiene que ser interesante y sincero. Por eso resulta sospechoso cuando un artista envía su propia obra.”

¿Existen artistas que buscan el reconocimiento del MOBA?
Sí, son muchos los que quieren mostrar lo que hacen de cualquier manera.

¿Cómo seleccionan las piezas?
Formamos un staff de curadores, con quienes evaluamos las piezas y determinamos si pueden formar parte del museo o no. Una selección curada ya ha viajado a Winston, Carolina del Norte, donde compartió una galería con trabajos de Yoko Ono, y hasta tienen una obra robada, “Eileen”, una tela que ha sido recortada de su marco con una navaja, y por la que ofrecen una recompensa de 6 dólares.

La pregunta obligada es si esto es una broma. “Es divertido, pero no es una broma ‹se defiende Sacco‹. Y si nos reímos de algo, es del circuito del arte, no de los artistas. Este es un verdadero museo que ya lleva más de 10 años funcionando y que ha sido reconocido en todo el mundo.”

La popularidad del museo logró que se realizara hace dos meses una subasta benéfica donde se recaudaron 1.902 dólares, destinados al Ejército de Salvación. El plato fuerte del remate fueron las pinturas y esculturas de la selección No tan malo, una serie de obras que fueron rechazadas por ser relativamente buenas. Sacco fue la ideóloga y ahora planea expandir su iniciativa a otros museos. “Creo que, al igual que el MOBA, todos los grandes museos del mundo deben tener piezas rechazadas juntando polvo en los sótanos. En este último tiempo se han reducido enormemente los subsidios para el arte y una subasta puede generar un ingreso extra para la institución, al mismo tiempo que ayuda a limpiar el depósito.”

Con ese fin, Sacco lanzó el programa “De una oreja inmunda”, un servicio de consultas abierto a todos los museos con el que pretende recolectar todas esas obras que, de tan feas, son abandonadas. “La meta es que el MOBA crezca, y de paso, ayudar a que otros museos ahorren plata manteniendo sus depósitos limpios.” Sacco concluye señalando que “la gente que se toma el arte como una cosa seria se divierte con estas pinturas feas, porque muestran que el artista disfrutó en la creación. Nosotros mostramos arte malo, pero también único, libre y entretenido. Y ésa es, en definitiva, la verdadera función del arte”.

Museo de Arte Malo de Boston
http://www.museumofbadart.org/

(*) “En el Hegelianismo la fuerza motriz de la historia es una “lucha por reconocimiento” que causa competencia entre los hombres y sus estados, lo que resulta en la evolución de la democracia liberal. La historia se caracteriza por estalucha por dar a luz a algo más grande.” Samson, Steven. “Modelos de interpretación histórica” 2002

malas noticias

¿Alguna vez le han cancelado una exposición?, ¿O ha sufrido una gran decepción al no ganar el premio que todo el mundo -incluído usted- pensó que ganaría su obra? ¿O simplemente le toca ponerse a trabajar según el gusto del curador o salón de turno?

El conocido y españolísimo artista Federico Guzmán -que estuvo por Colombia un par de años- ha puesto a circular por la red un fragmento de la conversación telefónica entre una exitosa artista andaluza y un amigo cercano.

La conversación -con acento y humor- evidencia la gran presión que tiene el artista actual para lograr reconocimiento a través del lenguaje del ‘arte contemporáneo’, ser invitado a exposiciones importantes y lograr el reconocimiento del blindado, reticente, soberbio y anhelado ‘mainstream’ del arte globalizado y los curadores locales que lo representan.

malas noticias >

Manifiesto

Que aunque soy persona de pocas convicciones creo en lo siguiente:

1. Que los curadores, instituciones o encargados de un evento NO tienen derecho de alterar, modificar, rotar, manipular física o ideológicamente la obra de un artista o colectivo, en ningún evento privado o del estado, con excusas como la no coherencia de la obra con el relato colectivo, la inexperiencia de los artistas en un evento de tal o cual magnitud, la inoperancia de los mismos frente al espacio que se les ha otorgado, la insipiencia de sus proyectos frente a los de personas de mayor reconocimiento, etc.; sin el previo aviso de que esas van a ser las reglas.

2. Que al ser invitado un artista a participar a una exposición, muestra u otros, su persona se vea sometida a las disposiciones (o mejor negligencias) de infraestructura y difusión en un espacio con una excusa económica o logística, por la que se vea perjudicada su obra, sea física o contextualmente.

3. Con respecto a los dos puntos anteriores, se declara INACEPTABLE el argumento sobre el que las personas vinculadas a dichas instituciones se apoyan, que es la incuestionable declaración de favor que se le está concediendo a la persona que expone en sus recintos.

4. Que las exposiciones-muestras sean vistas como un contrato y no una caridad, en las que los dos suscritos se ven favorecidos a en lo menos uno de estos niveles: personal, institucional, económico, intelectual, publicitario, etc.

5. Que los trabajos relacionados con el área de la cultura NO son
mendicidades, se exige respeto y reconocimiento, entendiendo que la remuneración es una utopía en un área en la que todo se hace con las uñas: ese estribillo no puede ser un comodín para el menoscabo. (Existen muchas formas de remuneración)

Recopilación:

Se declara ortodoxa la premisa por la cual se establece que la instituciones culturales son entes de caridad, se invita a pensar en el hecho de que NADIE le regala NADA a NADIE, y se plantea que es lo justo, que habiendo llegado a un acuerdo ambas partes, ocurra como debería ocurrir en cualquier contrato, que ambas partes se vean de alguna manera beneficiados.

Se instituye que el artista no es un mendigo, a excepción de que así lo decida por su propia voluntad.

María Angélica Quiroga