El “carro Bomba” De Carlos Blanco

En días pasados encontré este video publicado en El Tiempo el pasado mes de mayo sobre una obra de Carlos Blanco, artista que ha tratado el tema de la violencia en Colombia con tal dosis de trivialidad que arrasa con toda posibilidad de reflexión (no se cual de sus propuestas es más devastadora, la de los desplazados inflables o este chiste del «carro bomba»…)

En un día como el de hoy, donde la ciudad se ha visto sacudida por el terror y el pánico, el trabajo de Blanco me viene de nuevo a la mente y pienso en lo puede estar pasando por la cabeza de este artista con la «actualidad» que cobra su trabajo («Wow, toca mostrarlo en ArtBo!»)

Pero bueno, los invito a ver el video (sobran las palabras)

:

Catalina Vaughan
http://catalinavaughan.wordpress.com


8 comentarios

una cosa es la metafora y otra la metafora fallida. la obra en cuestion la considero una metafora fallida o para que me entiendan un mal chiste.
-sonia fox
nota: el trabajo de miguel angel rojas, para citar un ejemplo, en cambio, aunque usa las victimas de la guerra directamente, por que si «funciona»? lejos de evaluar los trabajos desde una perspectiva exito-fracaso debemos pensar cuales son los «terminos de referencia» del contrato entre la obra y el publico y si son las instituciones las que plantean estos terminos por que no lo hacen de manera que su planteamiento sea compasivo y fomente un lenguaje apropiado y no explotativo…

Catalina, ME PARECE COMO TODO EN COLOMBIA QUE TIENE EXPOSICION DE IMAGEN PUBLICA ESTA EXPUESTO AL ESCRUTINIO NEGATIVO Y SE BASAN EN DESCONOCIMIENTO DEL TRABAJO .

PRIMERO: ESTE VIDEO FUE FILMADO ANTES DE MI PARTICIPACION EN HOT ART BASEL 2010 Y SCOPE BASEL 2010. JUNIO.

SEGUNDO: LA EDICION Y LA FECHA DE PUBLICACION EN LA RED CORRIO POR TERCERAS PERSONAS DONDE SE EDITO CON LOS OJOS DE ELLOS.

TERCERO: HE REALIZADO VARIOS MONTAJES DE ESTOS EN DIFERENTES PARTES DEL MUNDO DONDE EL AZAR NEGATIVO EN ESTE CASO (CARRO BOMBA EN BOGOTA) DESDE TU PUNTO DE VISTA SIRVE PARA OBRA REFORZAR MI OBRA.

CUARTO: TE INVITO A MI ESTUDIO PARA QUE VENGAS Y NO TE ESCUDES EN LA PALABRA DEL MEDIO DIGITAL DONDE HAY MUCHOS ERUDITOS.

GRACIAS

Carlos,

1. Efectivamente, cuando usted hace pública su propuesta (en una feria, una exposición o un video en El Tiempo) la expone ante la opinión pública y, por lo tanto, está sujeta a que otros expresen su opinión libremente. Agradezco que me reconozca el derecho a la libre expresión.

2. En ningún momento afirmo que el video haya sido filmado o publicado despues de la explosión del carro bomba de ayer en Bogotá. Empiezo diciendo que lo ví días atrás. Además en la imagen que acompaña el texto aparece la fecha de publicación en El Tiempo: Mayo 8 de 2010. Agradezco que me reconozca el derecho a expresarme sobre su obra así el video en el que usted presenta su obra se haya publicado antes de la explosión del carro bomba este 12 de agosto y de su participación en ferias comerciales.

3. En ningún momento hago una crítica a la forma como fue editado o publicado el video. Es más, no se escucha la voz de un periodista sino una completa presentación por parte suya de la obra. Esta presentación es muy clara, rica en detalles y datos de expertos en Suiza. Es una buena presentación de su trabajo. Es decir: permite una interpretación y queda claro -en la obra, más no en la seriedad y profesionalismo con que usted presenta su trabajo- el sentido del humor y la ironía con que su obra aborda el tema del carro bomba (que tantas víctimas ha causado en nuestro páis y en el mundo). Agradezco que me reconozca el derecho a expresarme sobre su obra a partir de su presentación de la misma.

4. Así usted haya realizado montajes de esta obra en «varios lugares del mundo» el desafortunado hecho de ayer me ha hecho recordar su «carro bomba». Creo que esta asociación es lícita dado que su obra trata precisamente sobre un carro bomba. Agradezco que me reconozca el derecho a establecer esta asociación y disentir de su trabajo.

5. He tenido la oportunidad de ver su escultura inflable en varias plazas y exposiciones en Bogotá. Agradezco que me reconozca el derecho a expresarme y disentir en mi blog (y en esfera pública) a partir de su presentación en espacios públicos, sin la necesidad de aceptar su invitación para ir a su estudio.

Gracias,

Catalina Vaughan
http://catalinavaughan.wordpress.com

No les parece curioso que el único texto INFLADO de esta columna sea precisamente el de Carlos Blanco? Todo en mayúsculas, y con una sintáxis de lo más cosmopolita, por no decir carente de estructura (ó)sea. A buenos entendedores, pocas bombitas.

Al recibir la notificación de la publicación de Catalina Vaughan en esferapública a través de facebook, llegué por un instante a presentir por el título que era un artículo acerca del video de la obra de Carlos Blanco que yo también había visto unos días atrás. Sin embargo, ante la gravedad del hecho -real- de ayer en la tarde, me disuadí de la idea rápidamente, sólo para comprobar 5 minutos después cuando abrí y leí el artículo en el portal de esferapública, que sí había tenido razón en mi presentimiento.

Cuando ví el video acerca de la obra de Blanco el día que fue publicado originalmente(05 de agosto de 2010), pensé muchas cosas. En primer lugar (y espero que también se me reconozca mi derecho a la libre emisión de mi juicio estético), no me gustó plásticamente; no me pareció una obra pulida ni acertada, y de hecho, me pareció un depliegue de técnica algo inútil para el resultado final.

Sin embargo, -y quiero resaltar esto en particular-, me pareció una obra un poco desfasada, poco vigente y algo paranoíca (lo siento, debo ser honesta para poder llegar a mi punto). Sentí que no tenía conexión con la realidad inmediata del país y que llovía sobre mojado y evidenciaba una problemática que creia superada. Por supuesto no soy una ignorante ni una ingenua ciudadana; no pretendo negar el creciente e innegable incremento de la violencia (y de sus cada vez más refinadas y agudas manifestaciones que parecerían ficción dentro de la propia ficción). Sólo pensé que era un viejo chiste (carro-bomba) con más cabida en los 90´s que en esta época y que su realizador lo había descubierto un poco tarde.

Pero la realidad supera a la ficción y casi una semana después, la obra estaba hecha.

Y es aquí donde creo que cabe reconocer -casi como una revelación mística-, la gran intuición y afortunado azar que acompañó a Carlos Blanco y a su obra. Es increíble, aceptémoslo. Por más que Catalina Vaughan pretenda parodiar la coincidencia de los hechos y pretenda adelantarse a los mismos criticando anticipadamente la (muy respetable)decisión que Blanco NO ha manifestado de mostrar la obra en ArtBo, esta obtuvo una relevancia inusitada y totalmente imprevisible a partir de obsoletas formas de violencia que ya todos creiamos superadas – y por mucho-.

Creo que ese atentado me dejo 3 conclusiones que pueden sonar absurdas y paranoicamente conspiracionistas…

La primera, es la irrelevancia del autor de una obra frente al arte mismo. El arte no se resume ni al artista ni a la obra; el arte es la vida misma (con sus retrasos de publicaciones en los medios, con la coincidencia de los hechos y con todos sus inimaginables recursos). El arte no distingue buenas o malas resoluciones formales; su estrategia es la «antiestrategia» y es por esto que hay que ser conscientes de las implicaciones éticas y políticas presentes (pero sobretodo, potenciales) que puede tener cualquier hecho en el presente y en el futuro. Somos medios para un fin mucho más superior que la gloria personal…

La segunda, es que por supuesto, el atentado responde a lo que leí esta mañana en el estatus de facebook de un amigo y que cito a continuación:

«Armando Borrero, especialista en seguridad nacional y analista de razonpublica.com, cree que entre un “grupo de aventureros de la extrema derecha” podrían estar los autores del atentado.“Probablemente buscaban un lugar simbólico al ponerla frente a Caracol. Esto es terrorismo ilustrado, que es cometer un acto para que le echen la culpa a otros y provocar un efecto político”»

Y la tercera, que más que una teoría es una cetridumbre, es que estamos ante una etapa aún desconocida de demostraciones inimaginables por la sed de poder que predomina en Colombia, en donde cualquier cosa puede pasar -literalmente.

No se siente nada, es como tener el alma en blanco.

¿Basta acaso con una didáctica explicación para que, cualquier cosa, funcione como obra?

La decoración admite cualquier cosa, porque los decoradores aceptan todo, siempre y cuando nada incomode.
Un simple ejercicio basta para darse cuenta de que esto no es arte: Ver el video y escuchar atentamente su audio. Seguidamente ver el video sin audio. El resultado es practicamente idéntico: no se pierde ni gana un ápice de sentido, porque no lo posee ni antes ni después.

Cualquier cosa que se haga, por el simple hábito de hacerla, carece habitualmente de ese algo que llamamos, a l m a. Las cosa así, son solamente eso: cosas: objetos decorativos. Poco importa si son llevados a una galería, un museo o una vivienda.

Decía de Victor Hugo, Goethe -refiriéndose al voluminoso uso de tinta y papel del escritor francés- «Debería trabajar más, y escribir menos…»

La diferencia entre una Obra de Arte y cualquier cosa, radica en que la obra posee un alma que nos habla por sí misma; sin necesidad de el autor lo haga, publicitariamente, para que la percibamos.

El trabajo en arte, no es mayoritariamente un asunto físico; no es tan fácil dar alma a las cosas para que dejen de ser precisamente «cosas». Es necesario hacer un trabajo metafísico, o inmaterial -para sonar menos místico-. Cualquiera que dude del alma en arte, puede entonces pensar en los contenidos de las obras: las ideas que estas vehiculan.

Como se prefiera. Allí es donde se ve quién es artista y quien parece serlo. La mera objetualización no basta.

Un carro bomba de tiro al blanco

Bueno, bueno, hay algo que no podemos negar es que en este caso la idea de Carlos Blanco le pegó justo en el Blanco. La factura en este caso es lo de menos, pudo haber utilizado un verdadero carro y hacerlo estallar, pudo haberlo pintado y escrito en otro bastidor la palabra BOOM al mejor estilo Pop. Pero lo que interesa aquí es la idea. Confieso que cuando ví la primera vez la entrevista en El Tiempo y escuché al artista afirmar que buscó el apoyo de especialistas suizos para hacer ese auto, pensé sinceramente que nos estaba tomando del pelo.

Y viendo esa obra en realidad me pareció una tremenda ironía y casi una burla: obra ligera? Claro que sí, necesita serlo para poder flotar. Con un estética de fiesta de quince años, un formalismo a lo piñata y paseo de camping, de donde los carros bombas ya eran un lejano y amargo recuerdo de la época del mafioso Escobar en los años noventa, pero de mucha actualidad si vemos las noticias cotidianas por las cuales ya nadie se inmuta: los atentados en Irak y Afganistan.

Creo que aquí radica la importancia de la obra de Carlos Blanco o su ingenio. Confieso que no he visto más de lo que hemos visto a través de El Tiempo o aquí en Esfera, como para escribir un vistazo crítico profundo; pero este comentario abre una puerta.

Siempre hay que desconfiar de lo que muestra el periodismo cultural, que reduce y sintentiza y en ocasiones desinforma de una manera aterradora a la opinión pública.

El carro bomba de Carlos Blanco SI es arte, no guste o no el diseño de la obra, lo de la siniestra coincidencia de días pasados, es un señalamiento que nos permite entender que los carros bombas si pueden explotar en cualquier momento y lugar; y convertirse en el Blanco Perfecto de una “crítica” formalista que sigue insistiendo, que el arte o es bueno o es malo. Alternativas que por fortuna en esta época ya no tienen sentido. Creo que Carlos Blanco no está hablando de ningunas víctimas, solamente juega literalmente con las palabras: carro bomba. Y creo yo eso es completamente legítimo. No hay que pedirle más a la obra.

Totalmente de acuerdo, la obra solo es un juego de palabras y en ningùn momento està victimizando a nadie. El carro bomba de Blanco me recuerda los ejercicios que se realizan en las academias de arte, en donde estas obras son muy comunes. Mas allà de eso no hay nada. Tal vez no hay arte bueno o malo, hay arte en proceso y arte consolidado. Pretender ver la obra de Blanco como se ha visto en algunas de las crìtica acà escritas es como buscarle cinco patas al gato.