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La invitación que los organizadores de la Documenta XII han hecho llegar a este foro de discusión artística no hace otra cosa que fortalecer y completar el proceso de reconocimiento y legitimación internacional que, ya por sí sólo, y en el plano nacional, había venido configurando. El carácter de diálogo internacional que potencialmente ha tenido desde el principio, en tanto los interlocutores de Esferapública no están necesariamente ubicados geográficamente en Colombia ni son colombianos en su totalidad, con esta invitación se hace explícito y señala el camino irreversible desde el lugar «alternativo» que ocupaba al principio, al finalizar la década de los noventa, a la posición central que hoy tiene, por lo menos en relación con la crítica de arte…

Intervenciones en Esfera Pública una vez se publica la invitación de documenta 12 magazines.

 

 

William López, crítico:

Extrañamente, los productores más «puros», los más gratuitos,

los más  «formales», se encuentran situados hoy, a menudo

sin saberlo, en la vanguardia de la lucha por la defensa de los valores

más altos de la humanidad. Defendiendo su

singularidad, defiendes los valores más universales.

 

 Pierre Bourdieu

0. Quiero ofrecer a los participantes de Esferapública las siguientes reflexiones sobre el lugar que ha venido configurando ésta en el contexto de las dinámicas más recientes del campo artístico nacional, y sobre la posible posición que ocupa en el contexto de los procesos relacionados con la redefinición del espacio público y la sociedad civil en Colombia.

1. En el Seminario regional andino sobre crítica de arte, que se celebró en Lima, en noviembre de 2004, llamé la atención sobre el lugar que Esferapública y Columna de Arena habían empezado a configurar dentro del campo artístico colombiano, particularmente con referencia a la resignificación social de la crítica de arte. En aquel entonces, señalé que ante el repliegue que la crítica había sufrido dentro de la prensa escrita durante la década de los noventa como consecuencia, entre otras causas, del proceso de monopolización industrial de los medios masivos de comunicación en nuestro país, la emergencia de espacios virtuales en Internet dedicados a la crítica de arte, significaba que en el ámbito específico de nuestra sociedad no sólo se estaba cambiando el escenario público en el que tradicionalmente se había construido esta práctica social sino que se estaba redefiniendo su naturaleza.

La transformación más profunda de la práctica crítica implícita en el cambio de escenario público es la modificación sustancial de la relación entre el crítico y sus lectores. De la relación vertical y, por lo mismo, elitista, connatural en la crítica de arte aparecida en la prensa escrita, con la crítica de arte «electrónica», se ha pasado a una relación horizontal entre pares. Si bien es cierto, este proceso no ha significado necesariamente la democratización absoluta de la interlocución pública sobre el arte, dado que el acceso a Internet está mediado económica y socialmente, sí se trata de la superación de las relaciones de clase y de los intereses de grupo que determinaban el acceso a las páginas de los diarios capitalinos y regionales; es decir, la superación de las estructuras de poder del periodo del Frente Nacional, que perpetuaron el arte moderno como el arte legítimo a lo largo de las últimas cuatro décadas en Colombia.

Paralelamente, la reubicación del espacio público de los discursos críticos sobre el arte ha significado la redefinición del tipo de interlocutores planteados por la crítica de arte tradicional. Si con la crítica de arte asociada a la prensa escrita asistíamos a la reproducción de las exclusiones sociales típicas de las sociedades fundadas sobre el control de la gramática, finamente descritas por Ángel Rama en La ciudad letrada, con la crítica de arte escenificada en Internet somos testigos de la emergencia de otro tipo de ciudadanía artística. Los sujetos del discurso sobre el arte ya no responden, en Esferapública, a la definición canónica del ciudadano del arte, occidental, ilustrado y cosmopolita, que comparte con sus iguales, al menos idealmente, unos referentes específicos enclavados dentro de la historia europea del arte, la estética, la teoría del arte y, en general, lo que podríamos llamar «alta cultura», y un dominio profundo de la retórica de la escritura.

Los polemistas de este foro electrónico, por el contrario, hablan desde lugares ideológicos muy disímiles, es decir desde tradiciones artísticas y teóricas ubicadas en muchos casos casi en los extramuros del campo del arte. Allí conviven y discuten, en igualdad de condiciones, unos pocos de los antiguos profesionales del arte, casi siempre muy reacios a perder su estatus debido a la débil regulación social de la discusión, una nueva generación de escritores que, a pesar de lo reducido de su círculo, han logrado restituir el sentido social a la práctica artística en diferentes niveles y un público más o menos reducido y heterogéneo que de vez en vez participa y completa una comunidad de intereses.

Esta significativa modificación fue determinando que particularmente Esferapública empezara a convertirse a lo largo de los últimos años en un escenario clave dentro de los procesos públicos de construcción de la legitimidad artística en Colombia. Su diferencia editorial en relación con otros espacios virtuales, en especial con Columna de arena, articulado alrededor del discurso de José Roca y, a pesar de él, relacionado institucionalmente con el área cultural del Banco de la República, y, esencialmente la ausencia de compromisos institucionales y/o de patrocinios o mecenazgos de alguna índole que implicaran uno u otro tipo de censura o corrección ideológica, han determinado que lentamente este “foro electrónico de arte contemporáneo” pasara del margen del campo del arte a ser uno de los más importantes escenarios de discusión artística en Colombia, y a ser reconocido, al nivel latinoamericano, como un lugar particularmente significativo de la práctica crítica, a pesar de que casi todos los participantes en él se niegan a tomar en serio su papel como críticos, incluso en aquellos casos en los que por su regularidad, intensidad y argumentos parecerían ejercer como tales.

2. En este sentido, la invitación que los organizadores de la Documenta XII han hecho llegar a este foro de discusión artística no hace otra cosa que fortalecer y completar el proceso de reconocimiento y legitimación internacional que, ya por sí sólo, y en el plano nacional, había venido configurando. El carácter de diálogo internacional que potencialmente ha tenido desde el principio, en tanto los interlocutores de Esferapública no están necesariamente ubicados geográficamente en Colombia ni son colombianos en su totalidad, con esta invitación se hace explícito y señala el camino irreversible desde el lugar «alternativo» que ocupaba al principio, al finalizar la década de los noventa, a la posición central que hoy tiene, por lo menos en relación con la crítica de arte.

De ser percibido como tablado exclusivamente nacional, entonces, este foro ha pasado a ser un escenario que, a través de la tecnología de las redes electrónicas, permite establecer un diálogo que va más allá de las fronteras nacionales pero que, por la dinámica misma de la discusión, permanece enraizado en los problemas del campo artístico local; pero sobre todo su carácter problemático en relación con las leyes del mercado y de las industrias culturales de régimen neoliberal, en tanto la participación en él no está mediada por las relaciones laborales e ideológicas que éstas determinan sino, como diría Pierre Bourdieu, por las dinámicas “puras” de la configuración del monopolio de la legitimidad artística, le permite establecer un lugar privilegiado no sólo dentro del campo artístico sino en el seno mismo de las dinámicas de apropiación de la gestión de lo público que, en un muy corto plazo y al nivel mundial, han empezado a redefinir el papel de la información y sobre todo del uso público de la razón en las sociedades democráticas.

Entonces, desde esta perspectiva, tal vez sea la significación política de Esferapública lo que más llama la atención desde la perspectiva internacional. El formato completamente inusitado dentro de la tradición de las publicaciones artísticas más «serias» y seriadas, el lugar de encuentro que definitivamente ha logrado constituir, a pesar de lo difícil que puede llegar a ser el seguimiento de las discusiones, de los argumentos y las ideas, pero particularmente la independencia ideológica y la consecuente restitución del sentido a la esfera pública, esa ficción sociológica connatural a las sociedades modernas y condición de posibilidad esencial de la crítica de arte, que este foro ha operado a pesar de lo restringido de su auditorio, con seguridad establecen un polo de atracción y un lugar singular dentro del enorme espectro de las publicaciones que se «reunirán» en Documenta XII.

* profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Colombia; en la actualidad se desempeña como coordinador académico de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la Facultad de Artes

Guillermo Vanegas, crítico:

La convocatoria extendida por la curaduría de Documenta 12 hacia esferapública demuestra un (aparentemente) genuino interés por abrir espacio en un foro de mayores dimensiones a discusiones que suelen ventilarse en espacios con características de precariedad e informalidad semejantes a las que se dan aquí. Sin embargo, es poco claro lo que quiere presentar esta curaduría en relación con esta comunidad, puesto que no se sabe si contemplan estas tres posibilidades, entre muchas otras:

1.- Les llama la atención que se den discusiones sobre arte contemporáneo en un territorio alejado de los “supuestos centros”, y piensan entrar a analizar sus contenidos, o

2.- Reconocen en esfera a un foro que opera como espacio de debate marginal a la institucionalidad cultural colombiana, y cuya dedicación principal parecería ser la de cuestionar las categorías de valoración que predominan en los centros de producción de reconocimiento local hacia la producción artística, o

3.- Ven a esferapública como una tribuna comprometida políticamente con el rumbo del arte contemporáneo colombiano, que en ocasiones funciona como un aparato de regulación ética donde suelen darse sondeos que evalúan la dirección que siguen los órganos gerenciales de las artes visuales colombianas, por ejemplo.

Puestas así las cosas, y en ausencia de un punto de amarre que soporte afectivamente la inclusión de esta comunidad dentro de una iniciativa curatorial tan abarcadora como la de la actual versión de Documenta, resulta innegable preguntarse si atender esta invitación es una manera performativa de darle apoyo a un modelo curatorial necesitado -como todos-, de iniciativas artísticas o de gestión que vayan un poco más allá, un poco más a la vanguardia, que traten, en palabras del curador Roger Buergel sobre “ese algo más”. Sin embargo, este no sería el problema principal, al contrario de lo que sugiere Felipe González, la cuestión no consiste en pensar que “recibir la invitación implica aceptar la invitación”. En otras palabras, si este espacio de debate debe asumir una cuota de responsabilidad por la visibilidad adquirida que ahora le retorna desde Europa, ya que, por lo visto, lo que sucede aquí no es tan marginal: ¿cuál sería la estrategia a seguir? Sobre todo después que culmine el megaevento que suscita esta reflexión. Es decir, luego de que se supere el hecho de haber recibido una invitación proveniente desde uno de los “supuestos centros”.

Considero que la medida del éxito de este foro se asienta en su posibilidad de aparecer en, y usufructuar, diferentes espacios de existencia social (entre los que se pueden contar los ámbitos de la administración cultural, la regulación, la reproducción del conocimiento o la generación de recursos simbólicos) sin que por ello tema arriesgar su nivel crítico. Así uno de ellos sería hoy el entorno discursivo de la curaduría de Documenta.

Si la energía se dedica a pensar simplemente en la conveniencia de hacerle el juego o no a un modelo de curaduría que aparentemente intenta ser abierto y juicioso con las dinámicas particulares de los sectores invitados, se estaría reduciendo notoriamente la constante suspicacia de que se hace gala en este espacio. Dejar de observar la forma en que es confeccionada una invitación, dejar de hablar sobre ella y cuestionarla vendría a ser algo equivalente a perder una curiosa –por escasa-, oportunidad de analizar la manera en que los actores que nos desenvolvemos en esta época dentro del campo artístico colombiano observamos, leemos, comprendemos y asimilamos lo que sucede aquí y en los centros de producción de legitimación. En conclusión, creo que en esferapública predomina una dinámica de comprensión que ha intentado desligarse de cierta actitud derivativa respecto a tomar nota de lo que sucede en ámbitos diferentes al nuestro para replicarlo a través de tímidos ejercicios de contextualización.

La música de las esferas 

 


Catalina Vaughan: Esta imagen publicada en los medios con ocasión del mundial de futbol, no me hace pensar en el deporte, ni en el esférico, ni en adidas. Veo una esfera exhibida cual fetiche frente a un edificio muy similar al Museo Fredericianum (principal sede de Documenta en Kassel), en el cual funcionó inicialmente la biblioteca donde los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm empezaron a trabajar en un proyecto inmenso: el diccionario de la lengua alemana.

Afortunadamente esferapública no tiene una dimensión física, pues de tenerla lo más posible es que la exhibieran como curiosidad de ultramar en un parque de Kassel. Pero los tiempos han cambiado, el Fredericianum dejó de ser biblioteca (aún tiene su espíritu enciclopédico), pasó a ser museo (léase impulso taxonómico) y ahora es el edificio emblemático de una Documenta que tiene como uno de sus temas la “constitución” de una esfera pública postnacional:

El sistema global de traducción cultural que de alguna manera parece estar insertado en el arte y en su mediación, propicia el escenario para un debate público potencialmente incluyente (Bildung, el término alemán para la educación, también significa ‘generación’ o ‘constitución’ en el sentido de generar o de constituir una esfera pública).

Es decir, aunque se la quieren jugar con la exposición, su apuesta a largo plazo es ni más ni menos que la de “constituir” una espacio de debate transnacional a través del Documenta 12 Magazine. (”dicen que por allá en los trópicos hay una esfera pública, ¿cómo funcionará? ¿será de la especie Habermasianum academikus rationale? ¿Spontanueus generationen? ¿Natura indómita? ¿Errática spherica?…“)

Es cierto, la noción de Esfera Pública fue conceptualizada en esas tierras, pero el caso de esferapública responde a una situación específica de nuestro medio que, por fortuna, es imposible de traducir, y mucho menos de exhibir. Obviamente ese proceso será inevitable pero, como lo afirma Guillermo Vanegas, la mirada crítica de esferapública es lo primero que hay que cuidar, por ello creo que el camino a seguir no es soñar con una traducción correcta y un lugar destacado en Kassel, sino “redireccionar la energía” al contexto local al mismo tiempo que se está atento a las posibilidades de diálogo con los demás espacios convocados a esa dimensión informacional que está en todas partes y en ninguna.

Esta imagen me hace pensar en eso de la mirada crítica. ¿Cómo hacer para que esa mirada no se diluya en medio de esta tormenta de datos y tensiones a las que va estar sometida esferapública? Una opción puede ser la de revisar críticamente el impacto que ha tenido esta mega exposición en nuestra forma de acercarnos a los procesos artísticos, tanto en sus aspectos curatoriales, como en nuestros esquemas mentales (esa Documenta que hace rato nos atraviesa).

Para cerrar, y a manera de antídoto para evitar una fiebre spherica, va una pequeña dosis de La institución de la crítica de Hito Steyerl (que circuló por esta esfera):

….O quizá intenten seriamente reconstruir una esfera pública en el interior de las condiciones de mercado, como por ejemplo en los masivos y temporales espectáculos de la crítica financiados por, pongamos, la Deutsche Bundeskulturstiftung. Pero bajo las circunstancias económicas dominantes, el principal efecto resultante es integrar a los críticos en la precariedad, en las estructuras de trabajo flexibilizado en el marco de proyectos temporales o en las formas de trabajo freelance en las industrias culturales. Y en el peor de los casos, estos espectáculos de la crítica sirven de decoración para las grandes empresas del colonialismo económico, como sucede por ejemplo con la colonización del Este de Europa por parte de las mismas instituciones que producen el arte conceptual en estas regiones.

Si en la primera ola de la crítica institucional la crítica producía integración en la institución, la segunda sólo logró integrarse en la representación. Pero en la tercera fase la única integración que parece haberse logrado con facilidad es en la precariedad. Y en este sentido, a fecha de hoy sólo podemos responder la pregunta que se refiere a la función de la institución de la crítica de la siguiente manera: mientras que las instituciones críticas están siendo desmanteladas por la crítica institucional neoliberal, este proceso produce un sujeto ambivalente que desarrolla múltiples estrategias para habérselas con su dislocación. Por una parte, tiene que adaptarse a las necesidades de unas condiciones de vida cada vez más precarias. Por otra, parece que nunca antes haya habido tanta necesidad de instituciones críticas que puedan responder a las nuevas necesidades y deseos que esta nueva composición subjetiva tendrá.

 

Pablo Batelli, artista:

No sé si Batelli signifique tanto para Kassel como Kassel para Batelli; o Batelli para esferapública (o esferapública para Kassel). De hecho no sé quién es miembro de quién, o quién está arriba o abajo en las celebradas relaciones de jararquía institucional. La única posible opción consecuente desde el espacio de esferapública sería proponer la acción inútil del boicot al evento plástico “contemporáneo” aplanador que significa Kassel y sus variantes de absorción y legitimación editorial que subyacen bajo el eufemismo del escape a la condición de la exhibición en el lugar geográfico específico, lo que equivale a decir que la red no ha definido, por así decirlo, una nueva “geografía de la exhibición” más allá del objeto y su localización territorial, es decir, la exhibición como algo no estrictamente físico. Kassel es sólo el gran pináculo de la pirámide curatorial en el mundo, a la que todos -incluídos los curadores de las bienales de Sao Paulo- aspirarían a llegar (quién sabe, tal vez lo logren).

Frente a los temas de la curaduría y las razones por las que sí vale la pena seguir en la cuestión (a pesar de las abrumadoras estadísticas): la curaduría propone la exhibición única, final: es decir, la exhibición no de los artistas, no de las obras, no la reflexión sobre el horizonte de un lugar, no la preocupación sobre “lo social” o el arte y sus vínculos con el arte de vínculos, consiste únicamente en la acción circular de la exhibición del curador por el propio curador. Para hacerlo, reproduce las formas de apropiación del trabajo del sistema de mercancías y es él el único que capitaliza la gran plusvalía del trabajo ajeno. Podría adelantarse un paso más: no solamente los artistas resultan siendo obras maleables en las manos de los curadores, sino los curadores son obras maleables en manos de las instituciones. Cadena que no puede tener sino una única consecuencia posible: los artistas son obras. Además, consiste en la exhibición de la distribución de probabilidad de las oportunidades de acceso al “éxito”.

Para entender mejor la definición del curador como “DJ” -simpática noción que se propone en una cercana intervención de nuestros desconocidos de siempre – me permito señalar la fábula publicada en Cheapness (visítela o ignórela a su riesgo) : “Ausencia de Contexto” (Batelli, 2001) >> http://chipcheapness.blogspot.com/2006/05/ausencia-de-contexto.html y si Ud. está interesado en saber por qué un curador notable defiende el modelo curatorial (además de las raozones obvias de que aumenta su propio grado de poder y por ende de beneficio) puede leer una versión recontextualizada aquí >> http://chipcheapness.blogspot.com/2006/05/la-mejor-crtica-es-la-accin.html

Posdata: dado que toda edición caracteriza al editor, no puedo sino celebrar la aparición de una “esferapública sin edición”; esta misma caracterización hace inevitable proponer la existencia de un moderador “rotativo” para las intervenciones que sí van a ser “moderadas” en el nuevo espacio de una esferapública no cruda. Interesante acción plástica que en su forma más rudimentaria sería interpretada como un intento de demagogia democrática del espacio pero que propondría un happening mediante el cual podríamos caracterizar a cada uno de los moderadores-editores transitorios.

 

Felipe González, artista:

Unos alemanes le hicieron una propuesta a otros alemanes que viven en Austria; que hicieran algo relacionado con arte contemporáneo en un pueblito alemán de 200.000 habitantes que comienza con K.

Uno de los alemanes que viven en Austria le hizo una invitación a un Grupo virtual de unas 3.000 personas que en una gran mayoría son colombianas, y que se puede definir como grupo de discusión por Internet, acerca de una serie de problemas casi siempre relacionados con el arte contemporáneo, casi siempre situados en Colombia; invita a que participe como grupo en una cosa que hace parte de la cosa relacionada con el arte que están haciendo en ese pueblito alemán de 200.000 habitantes que comienza por K.

La participación de este grupo virtual en esta cosa que hace parte de la cosa relacionada con arte que estos alemanes que viven en Austria están organizando en este pueblito alemán de 200.000 habitantes que comienza por K, consistiría en que este grupo, o sus miembros, reflexionara acerca de algunas preguntas que han planteado los alemanes que viven en Austria.

Una de las preguntas que han planteado los alemanes que viven en Austria es la siguiente: ¿Cómo se representan los diferentes discursos en los supuestos centros, en contraste con las presuntas periferias?

Parece ser un hecho convenido, que el pueblito alemán de 200.000 habitantes que comienza por K es un supuesto centro mundial del arte contemporáneo; así es que para que una comunidad de una presunta periferia (como lo es ese grupo virtual de 3.000 personas) acepte o rechace la invitación a lo que está haciendo el alemán que vive en Austria, debe tener en cuenta que lo que hasta este momento ha sido desarrollado como una discusión en un contexto local, comenzaría a ser leído desde una plataforma distante (internacional, si se prefiere), y por lo tanto tendría que hacerse la siguiente pregunta: ¿Cómo se representan los diferentes discursos en los supuestos centros, en contraste con las presuntas periferias?

Es curioso, pero en este caso recibir la invitación implica aceptar la invitación, porque así se piense en rechazarla, “pensar en.” es aquello a lo que el alemán que vive en Austria está invitando.

¿Cómo resistirse a participar en la Documenta de Kassel? ¿Cómo resistirse a esta forma tan glamorosa y sofisticada de colonialismo? Tal vez no haya manera, ¿vale la pena resistirse? Tal vez no, tal vez lo único que incomoda es la imposibilidad de rechazar la invitación, aunque tal vez es una invitación que se aceptaría aunque se pudiera rechazar.

Pero sigue abierta la invitación, ¿qué pueden hacer estas 3000 personas? ¿Qué preguntas deben hacerse entonces? ¿Cómo pensar con alguien en la espalda aconsejando en qué hay que pensar, aunque tuviera razón?

Andrés Gaitán, artista y docente:

Gracias al Mundial de fútbol, ahora tenemos el mapa de Alemania un poco fresco en la memoria. Por ello quizá resulte fácil situarnos en la pequeña ciudad de Kassel, con no más de doscientos mil habitantes, bordeando el río Fulda. Queda entre Frankfurt (donde Inglaterra le ganó a Paraguay 1 a 0) y Hannover (donde Italia le ganó a Ghana 2 a 0). Allí mismo, hace unos cincuenta años, empezó el “renacer” de una ciudad que luego de la Segunda Guerra Mundial fue arrasada por los Aliados con más de 1.800 toneladas de bombas incendiarias. Una de las únicas edificaciones que se reconstruyó siguiendo los planos originales fue el Museo Fridericianum, un lugar que acoge un evento de arte de enormes proporciones tanto en su impacto artístico-mundial, como en sus propósitos políticos.

La Documenta se realiza cada cuatro o cinco años en Kassel y se le considera como el lugar en donde se ve reflejado el orden del arte a nivel mundial (¿occidental?), en cuanto a obra, artistas y pensamiento sobre el arte contemporáneo. Si se pudiera definir este evento en categorías del arte mundial, podríamos decir que es el segundo bastión moderno más importante en Alemania desde aquella gran edificación político-artística que fue la Bauhaus. Por la exhibición han desfilado grandes personalidades: Harald Szeeman, Catherine David, Pablo Picasso, Otto Dix, Joseph Beuys y Jeff Wall pueden ser apenas un abrebocas de la enorme cantidad de ejemplos que aquí se pudieran citar.

Por todo ello es de suma importancia que a la presente Documenta hayan invitado a Esfera Pública, un sitio de internet colombiano cuyo fin ha sido el de promover la discusión en torno a problemáticas que atañen al mundo del arte. Esfera Pública se ha convertido en un sitio de internet donde circulan a diario preguntas y debates sobre el acontecer artístico nacional. No ha sido un trabajo de un día ni de unas cuantas semanas: se trata de un espacio que se ha ido formando poco a poco durante siete años y que busca crear un ambiente de continuas confrontaciones entre distintas personas del medio. A lo largo de todos estos años, Esfera Pública ha sabido mantener la temperatura en discusiones sobre aspectos inquietantes con respecto a políticas culturales; la crítica en Colombia y en el mundo; lo público de los espacios museales y a tantas otras áreas que inciden en la divulgación, investigación y creación del arte en nuestro país. Muchas personas han encontrado en este espacio un lugar para escribir. Otras tantas han visto que sus quejas y reclamos al menos son tenidos en cuenta para una discusión.

La invitación, según Jaime Iregui, moderador de la página, obedeció a que alguien en internet se interesó en el nivel de las discusiones –que incluyen participantes de Europa, Estados Unidos y Colombia– y decidió que el sitio fuera una de las páginas en las cuales se hiciera el debate en torno a la Documenta. Es decir que se trata de una invitación virtual, para publicar una especie de Revista de Revistas a finales de este año y, que a la postre, será un buen inicio de la fase final que tendrá lugar en Kassel en junio del año entrante. Muy pronto se iniciará en este sitio, así como en otros magazines, revistas especializadas e igualmente sitios de internet alrededor del mundo entero, una discusión sobre planteamientos culturales que atañen a nuestro presente en un mundo que busca a toda costa imponer una idea muy precisa sobre la “globalización”.

Mi primera inquietud es si se considera realmente necesario participar en un juego que a todas luces viene generado desde una perspectiva política, que busca regir los órdenes del arte a nivel mundial. Me pregunto si la Documenta es “políticamente correcta”, y salió del paso al elegir como su curador al alemán Roger M. Buergel, quien ha realizado exposiciones interesantes en Europa y ha tomado riesgos en la mirada abierta que da a sus exposiciones, alegando el principio de la especulación y de lo inesperado como parangón de una nueva manera de ejercer una curaduría. Y me lo pregunto pues es preciso recordar que el curador anterior, el africano Okwui Enwezor, confrontó el evento cambiándole la estructura y armando una serie de plataformas a nivel internacional que lograron iniciar un proceso de descentralización de la Documenta. Lo lógico, de ser consecuente con este movimiento iniciado por Enwesor, es buscar en las siguientes Documenta una apertura que diluya las muy gastadas jerarquías piramidales. No es sino ver el Mundial de fútbol, que a pesar de su eje modernista tiene, desde hace casi un siglo, una mirada más universal y más descentralizada cuando permitió que el campeonato se turnara entre Europa, América y Asia. Ahora seguiremos, según lo que se ve acordado en lo poco que sabemos de la nueva Documenta, recorriendo las calles de Kassel y transitando en su memoria la época romana, las bombas de la guerra y el renacer modernista al que tanto apego parece tenerle, volviendo a sus principios básicos.

* publicado en la revista Arcadia el 17 de julio de 2006.
http://portal2.semana.com/wf_InfoArticuloNormal.aspx?IdArt=95969

* Este resumen de participaciones es publicado como una contribución a Documenta 12 Magazines. [esferapública ha sido invitada a participar en Documenta 12 Magazines, un proyecto editorial colectivo a nivel mundial, que reúne cerca de 70 publicaciones impresas y electrónicas, así como en otros medios. (www.documenta.de).