Arte y Construcción de Paz

El lugar del arte es lo público. Por una parte, porque el arte tiene significación en cuanto habla de un contexto, es decir de quienes habitan en él, y en cuanto alguien lo acoge, porque le dice algo, porque significa algo para alguien. Por otra parte, el arte expresa la relación concreta del artista con su entorno; y los artistas están uniendo lo que está separado (clases sociales, edades, mundos) desde la lectura, la música, la fiesta…

CLICK, afecta tu mundo, un proyecto de cambio cultural para la paz*, en el marco del seminario Arte y Política, realizó el pasado 12 de octubre al conversatorio Arte y construcción de paz; una propuesta para la reflexión en torno a la relación entre procesos de producción artística y los procesos sociales y políticos de cambio hacia la construcción de paz.

Este conversatorio contó con la participación de artistas académicos y estudiantes: César López – Fabián Sanabria – William Rojas – Juan Pablo Salamanca – Estefanía Duarte.  A continuación, la memoria del conversatorio con la cual queremos iniciar una serie de encuentros para reflexionar y pensar en acciones de incidencia pública a través del arte.

Empecemos por las conclusiones y luego veamos los aspectos específicos abordados en el desarrollo del conversatorio.

Conclusiones

– El arte es dialógico – no una contestación

– Arte es conflicto

– La transformación es una condición del arte, no un resultado esperado

– Lo político del arte no está en el resultado, está en el proceso, lo cual involucra la posición del artista, su conciencia y su ser

– El arte asume algunas reflexiones específicas en cuento a la construcción de paz

– Cuestiona el imaginario dicotómico: blanco – negro / amigo – enemigo

– Está en contravía de la linealidad y el pensamiento único

– Asume las diferencias, la variabilidad y la incertidumbre

– Rechaza la simplificación moral: lo bueno y lo malo

 

Desarrollo del conversatorio: Arte y Construcción de Paz

El siguiente texto presenta los diferentes elementos abordados en el conversatorio, empezando por dar contexto y por presentar la cuestión central de la conversación; posteriormente, describimos algunas experiencias que nos permitieran hacer algunas hipótesis sobre la relación arte y construcción de paz; finalmente presentamos los principales puntos sobre los cuales ha girado el conversatorio, y de las cuales avanzamos algunas conclusiones. La idea es que este documento se vaya enriqueciendo con nuevas experiencias y futuras conversaciones.

1. Contexto de la reflexión

Históricamente el arte ha sido asumido como un proceso liberador pero también como un isntrumento político al servicio de la ideología:

“Muchos artistas y escritores permanecen apartados de las masas y llevan una vida vacía, y naturalmente no se hallan familiarizados con el habla del pueblo; por eso sus obras no sólo son insípidas en su lenguaje, sino que contienen a menudo expresiones estrambóticas Inventadas por ellos y completamente ajenas al uso popular. El estilo de masas implica que las ideas y sentimientos de nuestros artistas y escritores deben fundirse con las de las grandes masas de campesinos, obreros, soldados,  para lo cual tendrán que aprender concienzudamente su lenguaje y sufrir un largo y penoso proceso de Temple” (Revolución Cultural – Mao Zedong Foro de Yenán Mayo de 1942 “En la lucha por la liberación del pueblo chino tan importante como el ejército militar es el ejército cultural”)

Partimos de reconocer que el contexto colombiano está atravesado por una crisis de la política correlato de una crisis de lo público, en la cual entran en juego, imaginarios y las representaciones de la vida colectiva: la correlación entre fines y medios, los modelos de sociedad, lo posible y lo no posible; la crisis se expresa como lucha simbólica y de sentido, como legitimación o no de formas de realización más o menos destructivas, y como crítica a las diversas formas de violencia.

2.     La cuestión

Con este antecedente histórico y en este contexto planteamos si el arte, como una experiencia y manifestación estética y a la vez política de los seres humanos está siendo capaz de imaginar, registrar y provocar transformaciones que contribuyan a la superación del as violencias y la construcción de paz en Colombia.

Para intentar una aproximación a la respuesta nos propusimos abordar los siguientes temas y preguntas:

  • Arte y procesos de cambio ¿Si el arte transforma la realidad cómo lo hace?
  • Arte y política ¿Cómo entendemos el lugar del arte en política?
  • Arte y construcción de paz ¿Puede al arte cambiar el rumbo de las violencias y aportar a la construcción de paz?

3.     Algunas experiencias que nos indican

Para estimular el debate presentamos algunas experiencias artísticas que han venido trabajando en esta perspectiva

Memoria Corazones Negros – Signo y resistencia

Doña blanca y su hija en el corregimiento La Sierra del municipio de Puerto Nare en Antioquia, para hacer duelo a sus familiares víctimas de la violencia, recortaron un corazón negro en tela y lo portan como señal de luto y dolor por la ausencia de sus seres queridos, en la esperanza de justicia y para que la violencia que ellos vivieron no suceda nunca más y a nadie. Grupo Memoria Histórica – CNRR

Rastros – Rap

Grupo de rap de la escena bogotana cuyas letras reflejan realidades de violencia de la localidad de San Cristobal. Jóvenes que a travez de su música aportan elementos de reflexión a otros jóvenes sirviéndoles de referente social, particularmente en su postura frente a la violencia.

Toda Bala Es Perdida – Música Contemporánea

«El arte es tal vez la herramienta más poderosa para cambiar y transformar las posturas y percepciones de los seres humanos; también sus emociones y la manera de elaborar sus sentimientos” César López

El Deber de Fenster – Teatro

Es una pieza más en el rompecabezas. Un periodista me preguntaba que si yo creía que Colombia ya estaba madura para estas obras de teatro y la verdad esto ya se había hecho en los 70’s con el teatro de denuncia, aunque esta no es una obra de ese tipo, es más bien tipo documental, estamos diciendo la verdad y utilizamos elementos del teatro para decirla. Lo que pasa es que el rompecabezas es muy grande, la obra le apuesta a la comprensión verdadera (emocionalmente) de este hecho, para indignarnos de verdad con lo que está sucediendo, sobre todo porque son  más de 2.300 masacres.

Nunca Más! Rayuela y otros- Performance

4.000 mujeres unidas, 4.000 cuerpos, 4.000 corazones abiertos, 4.000 hermosos seres humanos venidos de distintos rincones del país, 8.000 manos juntas y dispuestas conformarán un Monumento Humano que se extenderá a lo largo de 4 kilómetros sobre la carrera 7ª -una de las principales vías del Distrito Capital-, para reivindicar la dignidad y para hablarle al alma de los colombianos y las colombianas todas, para incitarnos a pronunciar dos palabras simples pero contundentes: NUNCA MÁS! 

Movimiento Sténcil – Antimilitar/Anticonsumismo

El sténcil es una propuesta visual que se toma las calles, las redes sociales; la síntesis gráfica nombra en “un vistazo” realidades sociales evidentes, señala lugares escondidos y críticos de nuestra vida en sociedad.

Estas experiencias relacionadas con diferentes dimensiones de la violencia pueden leerse siguiendo una tipología básica de la acción por la paz:

  • Como aporte a la reconstrucción-restitución tras la violencia – procesos terapéuticos
  • Como aporte al debate y la deliberación sobre los conflictos sociales: explicitación del conflicto – denuncia – contestación – emergencia – contradicción
  • Como proceso pedagógico de reflexión sobre los sentidos y significados  de la vida individual y colectiva. Tramitación de sentidos de vida colectivos / imaginarios y representaciones acerca de la vida colectiva

 

4.     Arte y construcción de paz – Comprensiones comunes y aspectos crítico

Comprensiones comunes

  • Lo público como el lugar del arte

El lugar del arte es lo público. Por una parte, porque el arte tiene significación en cuanto habla de un contexto, es decir de quienes habitan en él, y en cuanto alguien lo acoge, porque le dice algo, porque significa algo para alguien. Por otra parte, el arte expresa la relación concreta del artista con su entorno; y los artistas están uniendo lo que está separado (clases sociales, edades, mundos) desde la lectura, la música, la fiesta. Se ha dicho que el arte tiene el implícito de “masificar la historia”, de ayudarle a la comunidad a enterarse y entender lo que no les esta llegando de otro modo (de la comisión a la comprensión), por lo cual deja de ser no solo material periodístico, informativo – documental, y accede a la dimensión de la conciencia. Aun así el arte tiene una dimensión visible: ¿Cómo podemos establecer una posición, un punto de vista de lo público sino a través de las expresiones formales y no formales? Ese es el poder tangible que el arte tiene.

  • Dislocar la realidad

La premisa implícita del arte de “señalar lo público”, hace que en un país como Colombia, con conflicto y múltiples formas de violencia, tenga que referirse también a las posibilidades de superación; es decir, no sólo enuncia la dimensión de sombra de “lo público” sino que explora las potencias de cambio que allí están.

Al comprender lo público como sombra y potencia, emergen por lo general nuevas preguntas, unas maneras de ver. De allí que se diga que “el artista es un inconforme con la realidad, quiere cambiar algo”; sin embargo, el dislocar la realidad es un implícito que no siempre una intensión manifiesta por parte del artista. El lugar del arte es dislocar la rutina, lo convencional, al igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida.

El arte es el lugar que inventa el mundo porque hay otras instancias, entre ellas la política, que nos dicen que el mundo es así y no se puede hacer nada; el arte es el que encuentra puntos de fuga a los grandes enunciados de la política que constriñen la vida colectiva, y por ello aunque lo parezca no es marginal; por el contrario más profundamente política.

  • Convoca y transmite sentidos de vida

El artista adquiere una responsabilidad cuando habla de “lo público”, cuando expresa en público (esa es la magnitud del escenario público). Alguien puede recibir una impresión tan fuerte que llega a determinarlo “y podemos lograr que sea un balón, una bicicleta, una guitarra, pero también para muchos lo hace un arma” (César López) El artista transmite su sentido de vida, se expone, y con ello interpela a otros en sus sentidos de vida. “Uno se pregunta a uno mismo a través de una obra de arte… uno se llama a uno mismo” Es en ese acto de honestidad que surge la interpelación pública sobre algo.

Una evidencia de que el arte transmite sentidos de vida es que moviliza emociones. Si en los conflictos son centrales las emociones, el arte tiene un lugar allí: “si hubiéramos sentado a los negociadores a vivir emocionalmente y relacionarse como personas de seguro la negociación hubiera tenido otro camino” Padre Leonel Narváez.

El arte pone las emociones como fuente: convoca un estado anímico que estimula, confronta y acompaña; habla al oído e Incide en nuestras decisiones, es decir moviliza el cuerpo hacia…

Cabe la pregunta si el arte se pregunta siempre por el goce (Michael Serrés Los 5 sentidos) y esa experiencia del goce ¿Hacia dónde conduce? ¿Colombia es pasión? ¿Un cuadro? ¿Una canción?

  • El arte contribuye a transformación social

En primer lugar el arte contribuye a la transformación social porque transforma al artista, en virtud de su experiencia estética. Y todos somos susceptibles de esa experiencia; es decir, el arte puede transformar-nos si nos abrimos a esa experiencia. La realidad material e histórica que somos: estudio, trabajo, cotidianidad, son insuficientes; no soportaríamos la vida si no simbolizáramos, si no nos inventáramos algo más. Hay un gran faltante que todos tenemos y si no lo supliéramos no soportaríamos. El arte transforma porque es aquello que permite sublimar, simbolizar, ver los vacios e insuficiencias de la vida.

Pero si bien el artista (alguien) se “somete” a un proceso de transformación, no puede “someter” a otros, ni permitir que se “someta” a otros a través suyo; cuando así sucede el arte deja de serlo y se convierte en objeto/instrumento al servicio de intereses. En este sentido el arte es ofrecimiento y no artilugio de convencimiento.

Los artistas tienen una presencia que es transformadora si confluye con la de un espectador al que le pasan cosas; transforma la relación y por ende la potencialidad de ese tiempo/espacio; por ejemplo la imagen en nuestra cultura tiene un lugar muy importante, allí está sucediendo mucho (véanse las campañas electorales)

Pero a diferencia de quienes consideran que el arte no debe “comprometerse” hay quienes plantean que el compromiso artístico con el cambio debe ser radical. Si los artistas no transforman no existen. “Yo creo en eso, porque creo porque es necesario el otro y la vida con otros… y cuando el artista no da cuenta de eso entonces no existe”. Esta reflexión parte de la idea simple de que el arte cree que es posible cambiar algo, porque es la naturaleza de la vida humana y porque es posible constatar que la acción humana cambia cosas. “Nosotros y nosotras podemos cambiar este sitio…hacer que sea de otra manera”

Finalmente, el arte transforma en tanto tiene la capacidad de descubrir lo humano cotidiano, lo político; el arte es un dispositivo para esta comprensión, pero no un dispositivo técnico, no puede ser que enseñemos más la técnica que la búsqueda de la esencia del ser humano, de lo humano.

La transformación no es un resultado sino una condición irrenunciable del arte. El arte crea mundos y en esa creación las subjetividades se transforman; Las ciudadanías no sólo se mueven por la economía sino por las representaciones de lo humano.

Aspectos críticos

  • ¿Arte para transformar a otros?

¿El arte puede tener una intensión explícita de transformar algo de una comunidad? Es la pregunta que surge de diferentes experiencias artísticas; unas que lo han hecho así y otras que han renunciado a tal pretensión. En cualquier caso el arte no se deja “medir” en su resultado y allí hay una señal de la naturaleza del cambio que propone. No existen caminos ni metodologías ni procesos ciertos; existen sentidos más o menos tocados por el arte.

Tampoco el arte puede representar a nadie, o “llavar la voz” de nadie. Las historias suceden con o sin amplificación de los medios de comunicación o de los artistas; pero los artistas las convierten en obra y ese es precisamente su campo. Convierten en obra su experiencia (de si mismos y de otros) para contarle a otros eso que pasó; pero ello no significa que el artista asuma la representación de otros, de una época, o por lo menos cada vez más esto está dejando de ser así.

El arte no puede caer en la pretensión mesiánica de curar, sanar, salvar. Su efecto es incalculable y, a lo sumo, el arte puede “mostrar” algo…pero que los demás decidan si les hacen sentido: “Sartre decía que la generosidad era como un bálsamo para heridas propias que termina por envenenarnos”. El arte no es generosa… no intenta demostrar nada sino mostrar y más que denunciar, enuncia.

Las grandes transformaciones han sido fruto de líderes religiosos y artistas… casi nunca de políticos que son quienes “si” representan. El artista es ante todo “aprendiz” no educador. Si el arte sirve es por ser inútil, es decir, el artista es una inversión en el absurdo; nadie cree que sirva Invertir en experiencias sensibles, en que la gente ponga su sensibilidad, pruebe más sabores, perciba más olores.

  • ¿Arte – política – Representación?

Cuando hablamos de arte y construcción de paz hablamos de arte y transformación social; es decir, arte en manifestación política. Puede pensarse en la política como manifestación artística, pero por ahora la mayoría de las veces termina en lamentable representación, en deformación de la realidad (democracia real, democracia efectiva). Al ver las campañas políticas auspiciadas por artistas se puede caer en un populismo lamentable; es el uso del arte como instrumento de gobierno. Es un riesgo para el arte servirle a este juego de la demagogia y el populismo estar al servicio de intereses para contribuir a manipular a la sociedad.

El arte en manifestación política es una propuesta para “habitar” lo público, no para apropiarse de lo público. Si el arte puede decir algo de la política es marcar la diferencia entre CIVICUS – CINICUS. Por otra parte el arte actúa desde un lugar marginal, como el Anónimus, que tiene plena conciencia de su poder colectivo, pero está oculto, en medio de todos, en lo público.

En los espacios para el arte se ha intentado romper la idea de escenario (distancia) para mostrar. Se ha dado un espacio a la incertidumbre con la entrada del performance, del arte efímero, incluso de los flash move; el público puede incluso entrar y modificar las situaciones y eso es un riesgo porque puede interferir la realidad. Esta es una manera como se expresa “la causa política” del arte: cualquiera puede interferir y no hay unas élites ni unos límites ni unas características de acceso. Esto ayuda a romper con la desesperanza aprendida de que las cosas no se pueden cambiar.

¿Qué implica construir un mensaje político desde una obra de arte o hasta que punto se va construyendo en la ejecución o lo construye directamente el publico que lo vive.

Un posible respuesta es El arte es conflicto. El arte es el momento para establecer el dialogo del ser consigo mismo y en ese conflicto, lo lleva a tener reflexiones o preguntas que lo conduzcan y el artista es la excusa para posibilitar que esto suceda.

¿Cómo nos han educado para ser artistas? Romper y explorar nuestro propio camino. Enfrentarnos a nosotros mismos. El cambio no depende de la parafernalia sino del compromiso del artista, no sólo es cuestión de mucha logística y montaje, sino el involucramiento del artista.

  • ¿Arte instrumento?

Al hablar de arte instrumento, abordamos la relación del artista con la institucionalidad. La institucionalidad afecta el arte y cambia el sentido de lo artístico, y puede suceder la instrumentalización pero es MUTUA.

Otra dimensión de la instrumentalización es el arte al servicio del ego del artista o al servicio de sus propios matices políticos. 4 peligros: que el arte se vuelva herramienta 2. Caer en los indicadores 3. El morbo como ruptura de los límites y 4. El utilitarismo de los procesos artísticos.

¿Es posible una función no utilitaria del arte? Para muchos el arte debe transformar y si no lo hace no es arte. La transformación es en un contexto micro “en el barrio la gente tiene problemas para pagar el arriendo y si yo desde el arte le puedo ayudar a ver que no es el único al que le pasa y que lo puede cambiar”

“Yo valoro el USO DEL ARTE para abrir diálogos en los contextos acerca de lo que los contextos quieren dialogar. ABRIR DIÁLOGOS A TRAVÉS DEL ARTE”

“yo artista entro a un contexto y pongo en diálogo la transformación que el público quisiera asumir de si mismo”

  • ¿Arte que educa?

Pareciera que el goce fuera muy individual pero ¿Que tal si educamos para que la gente goce cada vez mejor? ¿Aportar conocimiento para que el goce sea más educado?. Si logramos educar para que entiendan mejor quizá podríamos tener un arte con una influencia directa en la transformación social.

¿El arte es el camino para sensibilizar? ¿Cómo?

  • ¿Arte para artistas?

¿El arte sigue siendo producción de élites?

“Nosotros en la U Distrital tenemos 2 piamos para no sé cuantos estudiantes. En mi barrio solo podemos acceder a unos pocos teclados de 150.000 pesos que se consiguen en San Victorino.

¿Cómo hacer arte en un país donde primero hay que preguntarse quienes pueden hacerlo?

“El desarrollo cultural es una manera de ver el desarrollo del país; y el solo hecho de pensarlo, de reflexionarlo, lo ubica a uno en una postura política. El arte público y el arte privado es una separación funcional para hablar de dinero y de intereses.

Todo ser humano puede ser un artista pero todo artista tiene que ser un ser humano

Joseph Beuys (artista plástico)

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Memoria del conversatorio Arte y Construcción de Paz