Archivo, colección, obra y/o documento: A partir de la obra Nudo Ciego de Eduard Moreno

Entrañamiento – Eduard Moreno – 2015
Entrañamiento – Eduard Moreno – 2015

El Chulo o gallinazo es un animal que recolecta material en descomposición, es un reciclador que se alimenta a partir de los desechos; un símil de la labor que el artista Moreno utiliza para recolectar material alojado en internet y con ello producir otra mirada sobre los documentos obtenidos en la web, discos duros en desecho o papel de archivo recolectado y reciclado.

El archivo así como el coleccionismo, hacen caso a la mirada de un interés o necesidad, muchos de los archivos o colecciones son reunidos, clasificados, seleccionados e investigados para ser difundidos, estudiados o para avalar su relevancia ante otros. Algunos archivos como colecciones han determinando una forma de ver y de acercarse a ciertas producciones cargando a estas de un halo de veracidad y subrayando su importancia histórica dentro de un círculo determinado.

En la exposición Nudo Ciego de Eduard Moreno, el artista utiliza máquinas impresoras de punto utilizadas en alguna época para realizar archivos, así como material  visual extraído de internet, para cuestionar con ello  qué es lo que vemos, cómo lo vemos y las cargas que tienen ciertas imágenes que aceptamos como verdades absolutas y con las que construimos  la historia, la geografía y hechos político-sociales.

En países donde abunda la corrupción, el narcotráfico, los robos, los asesinatos, el desempleo, la gentrificación, las masacres e instituciones estatales oprimiendo al pueblo, es donde los archivos además de guardar, catalogar y conservar documentos, sirven de herramienta para refrescar la memoria de historias que sucedieron, que no se deben repetir y de las cuales debemos aprender.

El archivo nos ha conducido a encontrar datos significativos para saber del pasado, llegar a comprender algo del presente y proponer para el futuro… HOY.

Falso Recuerdo – Eduard Moreno - 2015
Falso Recuerdo – Eduard Moreno – 2015

Así como aceptamos que una fotografía o un video es parte de la realidad,  hemos aceptado las verdades que han impuesto antropólogos, sociólogos, historiadores y medios de comunicación quienes terminaron construyendo la imagen que hacen de nosotros en otras geografías.

Si no fuera por los archivos no nos enteraríamos de Accomarca, Barrios Altos, La Cantuta, Lucanamarca, la Bagua, en Perú; o lo acontecido en Tamaulipas, Veracruz, Tijuana, Ciudad Juárez, La Marquesa, en México; así como Springhill, Santo Domingo, Río Gallegos, Puerto Deseado, Napalpí en Argentina; o acontecimientos como Mapiripan, Bojaya, San José de Apartado, El Salado, en Colombia, entre muchas otras barbaridades que han marcado nuestra historia local y global.

El archivo da cuenta de los intereses de investigadores  o creadores en tiempos y espacios determinados, así como permite identificar situaciones políticas y sociales en momentos históricos.

Apreciar el pensamiento y la producción de diversas personas, desde múltiples miradas, da testimonio de lo acontecido, demuestra el nivel  de repercusión en la comunidad, y los grados de afectación en los individuos.

El archivo y-o la colección, reúnen, clasifican, según los gustos, objetivos o necesidades propios de cada uno; La gran diferencia es que, en el archivo su valor es el documento, mientras que al coleccionismo se le agrega el valor económico que esa inversión monetaria  puede producir con el paso del tiempo.

Los pedacitos de papel que guardamos, las fotos de familiares, los videos de nuestras fiestas, marchas o los libros, las canciones, documentales y películas que guardamos,  reconstruyen nuestra experiencia y remontan a nuestra memoria en el pasado, convirtiéndose en un espejo que refleja nuestra vida y lo que la afecto.