Carta Abierta de Jose Roca

Sumando Ausencias fue una imagen de duelo colectivo, realizada colectivamente, y en el lugar simbólicamente más relevante de la colectividad colombiana. Pero no supimos ver este acto de generosidad sin las prevenciones que nos asaltan como sociedad, que no nos dejan ver la belleza y la importancia de este acto político y estético sino que nos llevan a utilizarlo como blanco visible para expresar odios y frustraciones…

A la opinión pública:

Como es de público conocimiento, la semana pasada la artista Doris Salcedo lideró una acción colectiva en la Plaza de Bolívar, escribiendo con ceniza los nombres de casi 2000 víctimas del conflicto armado colombiano sobre trozos de tela del tamaño de un cuerpo, que fueron luego cosidas por miles de personas para conformar una mortaja que cubrió por completo la plaza. Salcedo le ofreció al mundo una bella imagen que enaltecía las víctimas del conflicto colombiano, un gran sudario cosido entre muchos, que inscribió en el espacio público los nombres de aquellos que ya no pueden manifestarse. Sumando Ausencias fue una imagen de duelo colectivo, realizada colectivamente, y en el lugar simbólicamente más relevante de la colectividad colombiana. Pero no supimos ver este acto de generosidad sin las prevenciones que nos asaltan como sociedad, que no nos dejan ver la belleza y la importancia de este acto político y estético sino que nos llevan a utilizarlo como blanco visible para expresar odios y frustraciones. La crispación en que vivimos hace casi imposible que nos unamos en torno a una causa común. En vez de celebrar como gremio que desde el arte nos hayamos manifestado a través de una obra conmovedora, nos hemos dedicado a encontrarle peros tanto al proceso como al resultado final. Lo que en muchos lugares del mundo fue reseñado positivamente, en Colombia genera resistencias.  

El sábado 15 de octubre salió un artículo en El Tiempo en el que se toma una opinión mía (que publiqué en mi muro de Facebook) para apuntalar un artículo en general negativo respecto a Sumando Ausencias. En el artículo no se cita lo que originalmente había escrito unos días antes, apoyando la acción, sino una aclaración posterior en la cual decía que tal vez se hubiera podido incluir dentro de la obra el campamento de una manifestación estudiantil que acontecía de manera simultánea. Debo decir que cuando publiqué esa última opinión no había leído algo que luego me hizo reflexionar: Doris afirma que la importancia de que la obra se realizara exactamente como había sido concebida, sin variaciones debidas a las contingencias del proceso, respondía a un respeto por las víctimas: “la perfección estética, la ejecución rigurosa, la puesta en escena impecable son elementos necesarios para que la obra tenga el peso y valor para las víctimas que merece”. Hoy, entristecido por la forma mezquina como se ha tratado el gesto altruista de Doris, reviso mi posición, profundamente dolido que haya podido contribuir sin intención al linchamiento colectivo que le realizó la masa rencorosa a un gesto tan bello y doloroso. 

En Colombia, tantos años de guerra han generado una psique colectiva que desconfía del otro, que secretamente lo envidia, que no tolera el logro ajeno. Asumo que la mayoría de los artistas y los interesados en las manifestaciones culturales somos partidarios de que se llegue pronto a un acuerdo que permita iniciar la construcción de una sociedad más justa. Y por eso me sorprenden tantas manifestaciones contrarias de artistas y curadores a una de las pocas personas que usa su prestigio, recursos y tiempo para de verdad hacer algo al respecto, llamando la atención de la comunidad nacional e internacional sobre la difícil situación por la que atraviesa el país, contraponiendo el arte a la barbarie, y sobre todo reclamando el espacio público para poner allí los nombres de tantas personas cuyas tragedias personales quedan reducidas a pura estadística. 

Por medio de la presente quiero reiterar mi apoyo incondicional a Sumando Ausencias, a Doris Salcedo y a todos los que participaron en el evento. Lamento que un comentario que hice de manera rápida, que ameritaba mayor reflexión, haya sido utilizado como munición para atacar un acto colectivo tan importante.

 

José Roca

3 comentarios

Les quiero compartir unas notas que hizo Paola García Mendez, una hermana de HIJOS, hija de Maria Mercedes y Rodrigo García, después de haber ido a la convocatoria de la obra de Doris Salcedo.

http://www.semana.com/…/criticas-a-la-obra-de-doris-…/498873

A propósito de este artículo, quiero dar mi opinión sobre lo lamentable de la obra.

Hace ya casi una semana me llegó la invitación por Facebook para participar en la obra de Doris Salcedo “Sumando ausencias”, me bastó solo leer un par de líneas para ya enamorarme de la propuesta pues tenía dos elementos que tocaban mis fibras: victimas+ costuras. Lo de hacer memoria de las victimas desde mi experiencia de vida y la costura, telas e hilos desde mi quehacer diario. ¡Era hermoso!, quise de inmediato participar. La invitación era ir a escribir los nombres de las víctimas en las telas que luego serían exhibidas en la plaza bolívar y luego ir a coserlas. El propósito era recordar esas víctimas y generar espacios de reflexión. Sin embargo, no había tal compromiso con las victimas…esos nombres resultaron ser solo un insumo para la realización de la majestuosa obra. Explico por qué:

Animadas con la iniciativa, nos reunimos con dos amigas más de HIJOS y nos fuimos al museo de arte de la universidad nacional con toda la disposición de aportar y escribir nombres pues en nuestras historias familiares tenemos muchos, en mi caso particular, mi mama, mi papá, el esposo de mi prima, amigos y amigas de mis padres, padres y madres de muchos de mis amigos…

Al llegar al sitio nos encontramos una gran instalación, todo muy organizado, nos acercamos a quien parecía ser quien lideraba la logística, nos presentamos y le mostramos nuestro listado y le pedimos material para empezar a trabajar. Para nuestra sorpresa, la respuesta de la señora fue: “no pueden escribir esos nombres, solo los que están en los listados”. A lo que replicamos: “no son solo nombres, son nuestros padres y madres”. Y ella insistió: “No. No se puede. solo los 1.025 nombres que hay en los listados que nos pasó la unidad de víctimas. De los 8.000 escogimos aleatoriamente los 1.025. y son los que caben en las telas cortadas que tienen la medida exacta para cubrir la plaza”. Entonces quisimos explicarle que como nosotros no nos habíamos acogido a la ley de victimas pues nuestros padres no iban a aparecer nunca en esos listados, pero que estábamos ahí listas a trabajar y con todo el ánimo para hacer memoria a nuestros muertos a través de tan valiosa iniciativa. Pero su posición seguía siendo la misma incluso ya con un poco de mal humor pues nuestra petición desordenaba un poco la perfecta logística. Y como somos tercas, ante la negativa le dijimos que como era una obra de arte colectiva proponíamos darle una salida creativa al tema, que como ya estábamos ahí, podíamos hacer los nombres de nuestros padres y madres y ponerlos al lado de la plaza, tal vez en las escalinatas y así podíamos participar, a lo que la Señora contesto: “se nos acabó la tela y si me excusan hay gente que está esperando a que la atienda” y se fue.

Finalmente, no nos dieron material y ni para hacer nuestros nombres ni los de los listados….

Señora Doris Salcedo, su iniciativa fue preciosa, su obra perfecta sin embargo le falto alma. Le faltó dolientes para que tuviera el sentido que usted pretende en sus obras que es hacer un duelo.

Para quienes hemos puesto muertos a esta guerra, ellos y ellas no son un número más, no son un nombre aleatorio, son para nosotros una historia que queremos contar.

Reconozco su ejercicio como una obra de arte que sin duda sumará en su hoja de vida, pero muy lejos de ser un homenaje a las víctimas.

Felicito y aplaudo la activa participación de la sociedad en general que brindaron apoyo para la realización de la obra… Impecable puesta en escena.

¿A quién quieren engañar con este intento de darle punto final a la polémica, mediante una “Carta Abierta” (tipo copy-paste) que al parecer replica algún Comunicado de Prensa, como si fuera el último y necesario recurso en la línea de producción de una contraproducente factoría de Reparaciones Simbólicas llamada Doris Salcedo?

Para no abandonar en la levedad de tal Anuncio A La “Opinión Pública” que con intereses privados, pretende apuntalar el debate bajo la autoridad de una última palabra; incluyo aquí otros testimonios que de sobra ponen en entredicho este supuesto “homenaje a las víctimas” al que sin embargo, aún se le rinden pobres apologías, como ocurre en la presente publi-carta con el uso simple de vacuas afirmaciones y regándose en favorables adjetivos a falta de argumentos, que a pesar de su corto alcance cosmético, cumplen a conveniencia con un retoque al ego maltratado de la matrona.

* Así como es abusivo ignorar declaraciones de los directamente implicados, para negar sin consideración los hechos, llamando por antónimos a lo que pasó: “enaltecimiento”, “altruismo”, “belleza”, “generosidad”, etc. También es injusto pasar por encima del criterio de no pocos participes del campo del arte, quienes expresaron su indignación en varias discusiones entre las que también se podría destacar esta: https://facebook.com/photo.php?fbid=10154748209102847

— «Después de ese suceso, surgieron las primeras frases de protesta: “Nosotros no vinimos acá para que nos maltrataran y victimizaran más”, dijeron las víctimas que estaban al lado mío.»
http://periodicoarteria.com/una-ilusion-contintes-desilusion-6377854

— “Nos sentimos como ratas, siendo marginados, siendo llevados a una esquina en donde quedamos en el olvido, invisibles, como si nunca hubiéramos existido aquí como campamento”
http://esferapublica.org/nfblog/sumando-ausencias-y-multiplicando-exclusion/

— «Nos quieren hacer quitar nuestras camisetas que son símbolo de nuestra organización; somos víctimas ademas. Nosotros fuimos los que entramos a esta plaza cada jueves así que no nos vengan a pisotear.»
https://www.instagram.com/p/BLbiXANApIc/

— «Una de las participantes le dijo a Semana que la artista comentó: «Eso de la ayuda es terrible, no hacen las cosas bien, no saben enhebrar, no saben coser». También se le escuchó decir a una de las personas que manejaba a la prensa que “María Belén Sáez, la directora de patrimonio cultural de la Universidad Nacional, es la única calificada para hablar. Muchos de ellos – los voluntarios – no saben bien por qué están acá”… “¿Era propicio un clima de tensión y asumir una actitud gerencial de patrona al mando? ¿De los múltiples premios, y de sus innumerables contratos, que son todos muy merecidos, a cuántas víctimas ha beneficiado? ¿Hasta dónde se ha vinculado con las víctimas y con sus circunstancias? No está en la obligación pero es una cuestión de ética”.
http://semana.com/cultura/articulo/criticas-a-la-obra-de-doris-salcedo-sumando-ausencias/498873

— «(…) Lo digo porque estuve trabajando con personas, que al caer la noche, aún no sabían quién era usted, para qué estábamos ahí o a quién pertenecían esos nombres. Lo único que les importaba era terminar rápido para que les pagaran. ¡¿No se suponía que esto era una ACCIÓN DE DUELO?! Al final, cada pedazo de tela perdió su simbolismo y una vez más, ganó la indiferencia».
https://tejiendomemoria.wordpress.com/2016/10/12/carta-a-doris-salcedo/

— «Vino una señora de los desplazados, la que venía con cadenas; que no la dejaron entrar porque es gente que tenga cierta habilidad para tejer o yo no se. Seguramente esta obra es un capital simbólico que después venderán internacionalmente, quien sabe qué harán con eso y esta señora ha usufructuado el dolor de las víctimas para catapultar su obra.»
https://facebook.com/jepenuela/videos/10154288167989998/

— «Informar sobre la acción ‘Sumando ausencias’ resultó más complejo de lo que esperaba. Personas que hacían parte del equipo que ejecutaban la instalación dieron solamente 10 minutos a cada medio de comunicación para hacer su trabajo. Cualquiera sabe que en ese tiempo nadie puede hacer una obra decente.
Por eso las fotos que salieron en los medios de comunicación fueron todas iguales. Porque así como un artista requiere su tiempo, un profesional de la imagen requiere más de diez minutos para lograr algo.
Por eso ningún medio ha podido explicarle a los colombianos lo que pasó en la Plaza. No podemos informar con certeza de dónde salieron esos nombres, ni quién los proporcionó –los cuales tampoco se pudieron leer porque no se podía entrar a esa plaza- y por eso esas víctimas continuarán anónimas.
Por el mismo motivo no pudimos informar cuánta gente participó ni, realmente, quiénes eran. En ARTERIA contamos alrededor de 250 personas en la labor, mientras que hubo quienes dijeron que hubo más de 10 mil, a pesar de que las fotos no muestran esa cifra ni de lejos.
(…) Vale señalar que en ARTERIA quisimos entrevistar a la artista, pero la respuesta fue que mientras estuviera en el proceso creativo no daría entrevistas. Alcanzamos apenas a tomar algunas fotos del proceso. Es una decisión respetable. No, también es una respuesta válida. Pero no puedo negar que me sorprendí cuando BBC Mundo presentó un video con una entrevista con Salcedo.»
http://periodicoarteria.com/las-ausencias-de-doris-salcedo

El sábado pasado publiqué un artículo en El Tiempo sobre la reciente obra de Doris Salcedo en la Plaza de Bolívar. La intención fue mostrar las distintas posturas y miradas que suscitó Sumando Ausencias, sin asumir una postura editorial frente al tema. Para ello hablé con distintas personalidades del campo artístico, así como con varios voluntarios que participaron en la intervención. En el caso de José Roca, director de Flora, quien se encontraba en México, me autorizó a publicar un fragmento escrito por él publicado en su Facebook donde a mi modo de ver no hacía una crítica a Doris, simplemente menciona que su intervención bien había podido coexistir con el campamento. A pesar de haberlo autorizado, ayer Roca publicó ampliamente un comunicado en donde afirma no hacer parte de los detractores de Doris, se refiere al artículo como si en efecto tomase partido a favor de la crítica, y amplía su visión sobre la obra. Sobra decir, no hay un desencuentro entre Roca y yo, ya él me aclaró que en efecto dio su autorización para publicarlo, pero que necesitaba ampliar el contexto de ese fragmento y darle una mayor claridad. No sé qué le llevó a él a aclarar algo que bajo mi punto de vista no requiere la menor aclaración. Esto solo me reafirma en la importancia de seguir abriendo espacios de disenso, de entrenarnos en el ejercicio de hacer lecturas más ambiguas, menos unidimensionales. Como dijo Alejandro Martín Maldonado, hacer una crítica nada tiene que ver con restarle valor a la artista ni a su obra. Al contrario, comentarla, halagarla, criticarla, es valorarla, es otra forma de apropiársela, de darle vida y de entrar a hacer parte de ella. Hasta donde entiendo, Sumando Ausencias fue también una invitación a participar. Pues bien, hasta ahora, al ver las reacciones que ha generado, cuanto se ha dicho y se ha escrito al respecto, solo puedo decir que la participación ha sido y sigue siendo alta. Para mí el objetivo como intervención pública está más que superado.