Machete antihéroe

Sobre los resultados del III concurso de artes plásticas de la embajada de Francia 2007

 

 

i. Guardián, necio y ley (a partir de un texto de Kafka enviado por Lucas Ospina).

 

Luego de un cambio intempestivo de sede sin la menor explicación (lo cual damnificó a las piezas pensadas para sitio especifico) y ahora en un salón comunal del Las Torres del Parque en Bogotá, descansa taciturna una muestra confinada entre vidrios y paredes. Acalladas al lado interno del amplio ventanal del recinto, veinte piezas esperan inmunemente a un desprevenido transeúnte, cuyo impulso será presto destajado por una puerta transparente con llave y ningún aviso sobre dónde buscar al guardián. Al traste con esa dulce curiosidad mañanera de colombiano paseante, entre olor a pan y mierda y entre ladrillos, arbustos y hemiciclos, el arte hoy no será para ti hombre de a pie, sino para el docto, advertido y necio, buscador siempre paciente de una ley, de un guardián y de unas llaves.

El terco, que no es jerarca y se somete a pedir que le abran la puerta, será favorecido en una oficina con una orden indiferente de la ley de turno, enunciada detrás de un escritorio en una galería llamada Mundo, a cargo del lugar de exposición. Alguno en pantalones o falda, caminará dos cuadras con el terco, desde dicha oficina hasta el salón de la muestra y con tres vueltas en dos cerraduras permitirá al viento y a la mirada del necio rozar de cerca a las piezas tristes.

La galería en mención, la guardiana de las llaves, produce una revista sobre arte y mundo, la cual dedica cada número a perfilar a innegables y acreditados señores del campo artístico nacional, como Enrique Grau, Carlos Jacanamijoy, el maestro Giangrandi y Andrés (el de carne de res),  entre otros. Caro tipo de ley de turno…

 

 

ii. Machete antihéroe

La obra ganadora del III concurso de artes plásticas de la embajada de Francia, Canoa Pacífica, de Boris Galvis, es una instalación compuesta por una canoa artesanal, cargada con chontaduros, cocos y un televisor conectado a un lector de DVD. En el televisor (previo toque en la puerta de la ley, previa caminata con guardián, previa apertura de puertas, previa conexión de TV y lector de DVD, previa puesta en play de DVD -a solicitud-) se ve y escucha a un hombre afrodecendiente, quien vive de hacer canoas y remos para decoración. Álvaro, el hombre, monte adentro y machete en mano mientras camina, desmocha, tumba, sonríe y elucubra, responde durante largo rato a agudas e insistentes preguntas hechas por Boris Galvis: A qué hora venís? Te cobran por sacar un tronco de estos? Cómo se divierten por acá? Nunca te ha picado una culebra ve? Cuanto tiempo llevás en esto? Alguno de ustedes se ha lastimado aquí?… Entrevista políticamente correcta que retrata a un otro en dimensión respetuosa y substancial pero que deja la sensación subyacente de que alguien es una naranja siendo exprimida para un jugo que no tomará.

La instalación, también políticamente correcta, parte de una artesanía que puede argüirse representa el ingenio y la forma de subsistencia de un sector de la población nacional. En esa canoa hay un navegante imposible -un televisor- que transmite la imagen y voz del fabricante de la artesanía misma. Hay un quiebre en la lectura cotidiana de un fenómeno, de tal modo que el observador se ve obligado a configurar un nuevo sentido (ver foto al final del escrito).

La acritud y la envidia podrían hacer que se diga que Galvis jugó al juego planteado por la embajada de Francia, equiparando la artesanía con aquel conflictivo y condescendiente concepto de las artes primarias. Más sabiendo que es de mezquinos enredarse en tan nimios zarzales, se loa al expedicionario contemporáneo, quien abre paso a la voz y presencia de un otro otrora invisible, potenciándolo a existir (Berkeley: existir es ser percibido) en el río revuelto de representación mediática en circuitos sociales a nivel nacional. ¿O no?

 

Rosa, que es cicuta, dice que no. Dice que Álvaro, el artesano de la canoa no existe, porque el video no circula realmente a nivel social. Rosa dice que el video de Álvaro solo sirvió para que Boris ganara el pasaje y la estadía en París por un mes y para que la sección cultural de la embajada de Francia pueda preciarse de que está promocionando el desarrollo de las artes en Colombia. Según Rosa, a Álvaro, aquel tenue ejercicio de representación social no le sirve de nada. El video está metido en un lector de DVD apagado, en una muestra cerrada al público en general. Si no fuera por este escrito y por este vehículo de comunicación en la esfera pública, Álvaro existiría aún menos a nivel nacional.

 

 

iii. We shall prevail

 

“Prevaleceremos”, sentencia imponentemente el presidente de Oceanía en uno de los aleccionadores discursos al proletariado, a través de gigantescas pantallas públicas, en la novela 1984 de George Orwell. O al menos, es la sentencia emitida por un personaje en una pantalla, emulando al dirigente de Oceanía en 1984, en el comercial más exitoso de todos los tiempos: el comercial de introducción del computador personal Macintosh, en el año de 1984, dirigido por Ridley Scott. En él, una mujer en ropa deportiva lanza un martillo de olimpiadas contra la pantalla en la que se está transmitiendo la imagen del presidente de Oceanía. La pantalla explota y a continuación aparecen estas palabras: On January 24th, Apple computer will introduce Macintosh. And you will see why 1984 won´t be like 1984.

 

Qué tiene que ver esto con Álvaro, el artesano de canoas en el Pacífico?

Los “unpersons” (los no persona), son los individuos borrados por el estado en la novela 1984 (muy a lo Stalin); borrados sistemáticamente de la historia, de todo registro, borrados del Discurso. En 2007, podría hablarse de un tipo de “unpersons”, quienes no necesitan ser borrados de la historia porque nunca existieron. Son borrados por el flujo mediático en la radio, en la televisión, en Internet. En el mundo del simulacro en el que vivimos (del que habla Baudrillard), de cierto modo no se existe si no se tiene representación mediática. Cómo puede competir un video de un artesano de la zona Pacífico en Colombia, guardado en un reproductor de DVD apagado en una exposición de arte cerrada al público, con digamos… cinco segundos de transmisión en RCN de la telenovela Amas de Casa Desesperadas? Cuál forma de representación prevalecerá, así la telenovela sea un bodrio?

Álvaro no puede ser mediático, porque para serlo no se puede ser real. Para ser mediático se debe encajar en cánones de apariencia y actitud determinados por el público (que a su vez ha sido condicionado por las nociones estéticas emanadas por los medios). Álvaro está condenado a no existir en el Discurso. Cuántas personas tendrán la paciencia para aguantar el documental de entrevista a Álvaro? Para el ciudadano del común, no es más rico, llamativo, requiere menor esfuerzo y concentración y desata más endorfina y adrenalina sentarse a ver la ráfaga del noticiero? ¿No es más seductor prender el televisor desde la cama y encomendarse a ver un documental sobre asesinos en serie, o la E True Story de Lady Di, o la Hija del Mariachi?

Cómo más irá a circular la pieza de Boris? Cuanto más tiempo al aire en un salón de exposición tendrá Álvaro? De aquí a mil años…? Pero lo que interesa es el efecto que esa pieza pueda tener en el campo social, ahora. El  jurado premió a una pieza cuyo problema de fondo es el de la representación social de un individuo o de una comunidad. Pero la pieza es inocua. El problema de fondo de este III concurso de artes plásticas de la embajada de Francia es el de la forma de representación y el de las pugnas por la por primacía y por prevalecer: por eso citaron a Gauguin, para que prevalezca, por eso hablaron de artes primarias cuando se refirieron a arte precolombino, para que unas supuestas jerarquías prevalezcan.

Finalmente, se sugiere ver las imágenes de Álvaro en el video a continuación y las imágenes del comercial Héroes de cerveza Pilsen; éstas últimas acomodan a los protagonistas a prototipos de representación tipo Hollywood, nada parecidos a cultivadores de papa o a trabajadores de puertos en Colombia en la vida real, si es que esta existe.

 

 

Andrés Matute

 

Video Álvaro

 

 

Video Pilsen

 

 

Video Mac

 

Nota al margen:

 

Los resultados del concurso (en términos de premiados):

 

1er premio: Canoa Pacífica de Boris Galvis (Cali)

 

 

 

2do premio: Solas de Andrea Rey (Bucaramanga)

 

 

 

3er premio:  Point Luis Sánchez (Bogotá)

 

 

 

Menciones honoríficas:

 

Ofrendas de Figurillas de Fernando Pareja y Johana Chávez (Cali).

 

 

Primitive People?de Elías Salazar (Barranquilla)

 

Jurado de selección y premiación:

Josiane Cueff, Jaime Cerón y Eduardo Serrano.

Fecha y lugar de publicación: Salón comunal de las torres del parque, 25 de octubre de 2007.

 

La obra Malicia Indígena, que circuló anteriormente en Esfera Pública, quedó seleccionada para la muestra final y funciona como texto introductorio a la exposición. Si Malicia Indígena hubiera sido premiada, quien escribe este artículo habría estado contento de viajar a Paris y deambular por un mes con todos los gastos pagados por el gobierno francés. No haber recibido ninguna mención ni un premio, es una salomónica distinción. Como las cosas con el concurso de artes plásticas de la embajada de Francia han sido algo inestables, parece que la muestra no viajará a La Tertulia, ni a Barranquilla. Se desvanecerá luego de los pocos días que le quedan en el salón comunal. Se estipula que habrá una publicación con imágenes de todas las obras, en la que se espera se imprima el texto Malicia Indígena.

 




 

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